martes, 24 de marzo de 2015

Anatomía haggardiana: boa

Queridas haggards, bien sabéis que somos un referente en cuanto a la sutileza y a la clase. Que llevamos la lentejuela, el cardado y los diamantacos por bandera y que never never somos zafias y groseras a la hora de hablar. Pero también sabéis que llevamos un radar en la mirada para saber ipso facto si un maromo tiene en él una parte digna de mencionarse en nuestras clases de anatomía haggardiana. En diez segundos ya sabemos si tiene pechote, cogote comestible o porno-rodillas. Pero si hay una parte que una buena haggard admira en un maromo es, sin duda, la más importante y más esquiva a la vista: 
la boa.

¡Prioridad máxima!

Hemos de señalar que estamos en una sociedad en la que enseñar tetas produce sonrojo y enseñar xixi es un atentado a los ojitos (como si fuera una cosa que no tiene nadie). Pero enseñar badajo... Mother of mine, ¡eso es de locos y pervertidos! PUES NO. Vamos a reivindicar aquí ese apéndice maravilloso poco enseñado por nuestros maromos y que tantos momentos ajfdhgajkhfkajsdhfkjsdhf nos proporciona. Ese centro de gravedad permanente maromial hace ganar muchos puntos a cualquier machote y las haggards sabemos apreciarlo siempre de un modo muy sutil, como demuestra nuestro tablero de Pinterest. 


No vamos a entrar aquí en si una boa tiene que ser constrictor o culebrina, eso ya va al gusto (y los gustos son como los culos, que todos tenemos uno -en el caso de JLo, tres y todos juntos-), sino que vamos a realizar un profundo análisis sobre los modos que tienen de mostrarse.
 
Vamos, Kim, que me he puesto las gafas de boas de cerca

¡A tus órdenes, Cassie! Sean como sean, hay que reconocer que, por regla general, suelen mostrarse muy tímidas y no quieren que las veamos. Aunque no por eso dejamos de darnos cuenta de que existen, ¿verdad, Jon Hamm?

Cuidao, que te salta un ojo
Un señor penis, sí

El Hamm de Jon tiene cierto cariño a ir por el mundo a su aire y sin amarras y nosotras no podemos más que alabar su independencia (y preguntarnos si eso no será un poco incómodo, la verdad, porque además parece que nuestro señor Draper tiene una boa de buen calibre). 

Pe*e Draper, toda una vida a boa suelta

Pero, aunque ir commando por la vida es una incitación al folletisco y queda muy guarrer y erótico-festivo, no termina de convencernos. A nosotras nos gustan más como la Gandyboa, que se nos enseña según la siguiente escala de timidez, a gusto del consumidor.

Espera, Kim, que aumento el tamaño de la visualización...


-TURBOPACKET BOA (Ventilador Modo Abanicos de Locomía Máxima Potencia)
La Gandyboa es especial para nosotras porque siempre ha despertado lo más perraquil que estas haggards llevamos dentro (¡haters del Gandy, estamos hablando de su boa, no de su cara, que os veo venir!). David Gandy nunca ha tenido problemas para marcar los contornos de su herramienta percutora, ahí, con el slip clarito, que nuestra imaginación no tenga que hacer mucho ejercicio para conocer las curvas de esa autopista boíl hacia la felicidad.


Vamos a quitar los impedimentos textiles y no parar ahíkldajsñfksdfjmnfk

Ya sabemos que en el mundo modeli las boas se marcan por doquier, no iba a ser David Gandy el único. ¡Loados sean Calvin Klein y Antonio Sabato Jr.!

Que la sombra nos revele el calibre de esta boa...

Hasta el mismísimo y fallido Christian Grey, Jamie Dornan, ha intentado hacerle cincuenta sombras a nuestra boa favorita, con un resultado medianamente decente.

A ver, Kim, que voy a echarle un ojo al bocaseta, sin que sirva de precedente

Yo creo, Cassie, que en estas fotos, que la boca la tiene cerrada, frunce y tiene barbita, esa boa insinuada le da un plus de follabilidad.

Esta haggard sabe apreciar un buen punto cardinal


- TEASING BOA SEMIAIREADA (Ventilador Modo Molino Eólico Girando En Un Huracán)
A veces, nuestros maromos deciden que sus instrumentos percutores necesitan ser un poco aireados y mostrados, pero poco, no sea que alguien se pueda emocionar y sufran asaltos que lleven a momentos satisfactorios pero probablemente en lugares poco adecuados. Son la mezcla justa entre insinuar y mostrar, lo que hace que automáticamente se nos bajen los colmillos y se nos suban las enaguas a la cabeza.

Gandyboa, siempre pionera en hacernos un que-sí-que-no y dejarnos cachondas perdías
De repente nos ha entrado hambre (aunque nos entraba otra cosa...)

Las pobres boas a veces van muy maltratadas en esos pantalones vaqueros que constriñen la masculinidad, que diría nuestro adorado Drustan el El beso del highlander. Pero la boa de Christian Grey va fatal, la pobre, con esa costumbre tan fea que tiene su dueño de llevarla sin proteger en los vaqueros del fornicio mñe. Normal que asome en cuanto que le dejan.

Somebody help meeeeeeeeeeeee!! ¡Que las costuras me rozan!
Uf, qué calor me ha dado con lo mejor de la película...


- BOA AU NATUREL (Ventilador Modo Huracán Que Desplaza Casas de Kansas a Oz A Tope De Power)

¡¡Vamos, show us the tema!!

[¡A ello vamos!]
La boa en estado puro, sin conservantes ni colorantes. What you get is what you see, que diría Tina Turner (haggard de pro). Aquí ya no hay postureo ni costuras de calzoncillos ni fantasías que nos distraigan. Para llegar a conocer a una boa por sí misma hay que tener o mucha confianza con la boa o un maromo con mucha confianza en sí mismo que no tenga problemas en compartir sus virtudes con nosotras. Y de estos, queridas, tenemos unos cuantos ejemplos.


A nuestro David le encanta tomarnos el pelo (una pena que no nos haga otra cosa) que sí que no que me recojo el badajo con el refajo y te quedas con las ganas. Pero si hay que quedarse en bolas por amor al arte y al David de Miguel Ángel, pues se queda sin problemas.

Si quieres ver la Gandyboa en todo su esplendor, pincha aquí
¡¡Yisuscraist, aire!!

Ben Affleck en Perdida decidió que, si en la vida vas a la ducha con el badajo colgandero, en el cine también hay que ir así. Que oye, por nosotras que no se corte, ¡como si quiere ir así a comprar el pan! Lo que pasa es que le daba cosica enseñar todo el material y quiso que se viera un poco de refilón, que tampoco era de plan de tener su boa all over the world. Ay, Ben, you know nothing, chato... 

La esquiva boa de Ben la puedes ver aquí
¡Quién iba a saber que tenías así el Daredevil!

Pero si hay una boa cinéfila de nuestro taste (mmmmm...) es la de Michael Fassbender. En Shame le da tanto uso que acaba pulida y reluciente. Lo adorábamos mucho antes de hacer esta película pero cuando se mostró tan shameless y se paseó con los trofeos al aire nada más empezar la historia nos faltó tiempo para ponernos perracas perdidas.

Para ver la Fassyboa en libertad, pincha aquí
Fuck yeah!!!

Pero si hay un actor al que le tenemos la boa casi tan vista como la cara ése es nuestro escocés favorito.

¡Pero Kim! ¡Pensaba que yo era vuestro escocés favorito!
¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaadios vida!!

[Un segundo, por favor, que nos refresquemos los calores]


Es verdad, Sam, vamos a hablar de nuestro segundo escocés favorito, Ewan McGregor. El chico que jamás envejece y que está más bueno que el pan con chocolate no tiene ni pudores ni tonterías. Si le ofrecen un papel que le exige liberar a Nessie, lo libera. Y debemos decir que lo ha liberado bastantes veces...

¿Curiosidad por su scottish boa? Pincha aquí
Y aquí si no has tenido bastante
Que sí, que no sólo de boas vive una haggard pero que, si alabamos el cuerpo masculino como debe ser alabado, como la obra maestra que es (siempre dependiendo del maromo, para qué nos vamos a engañar), debíamos dedicarles una entrada en esta sección. Os tenemos en alta estima, boas nuestras, seáis tímidas, exhibicionistas, os presentéis con calzoncillos de cuello vuelto o escondidas bajo un kilt. Long live the boa!!

Kim, honey, ¿has dicho scottish boa? Porque hay una que quiero ver...

¡Tú y todas, Cassie! ¡Que no va a tener Claire la exclusiva para siempre! Ahora, nosotras también sabemos lo que guardas bajo ese kilt, Jamie Fraser...

LONG LIVE TO THIS SCOTTISH BOA!!
(¡¡Que no queda nada para el 4 de abril!!)


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
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jueves, 5 de marzo de 2015

Fifty Shades of Grey. An anti-fungirling review [Spoilers]

Pues sí, aquí está la review del chechiflín del año: Cincuenta sombras de Grey. Como buena haggard no podía quedarme sin ver esta producción que tantos ríos de tinta y de otros fluidos ha hecho correr(se). La idea de verla estaba ya fija en mi mente desde el mismo momento en el que salió la noticia. Tras haber sufrido y puesto verde la trilogía, tenía que ver la adaptación a la gran pantalla, así que ni corta ni perezosa me fui al cine con C y P, anti y pro (con reparos) Grey respectivamente. Decidimos no ir en día del estreno por varias razones: la afluencia masiva de las hordas de fans, el jodernos un viernes por la noche viendo esto y, por último, mi miedo a ser descubierta como una infiltrada y terminar linchada antes de pisar la sala.

¡Nos han pillado, vámonos!

He de decir que el viernes del estreno hice trabajo de campo. Estuve en el cine para ver otra película y, ya de paso, observar in situ cómo estaba la cosa. Era el último pase y en el centro comercial no cabían más mujeres. Miraras adonde miraras, grupos de féminas de toda condición y edad pululaban en grupos más o menos numerosos por restaurantes, tiendas y pasillos. Se notaba a la legua que iban a ver la película, claro. La pena fue no haber podido ir al primer pase y comprobar la cantidad de fans ávidas por ser las primeras en verle el culo al Grey.

¡Paquiiii, cógeme un buen sitio!

Semana y media después llegó el Día D: Cassie vs Grey. A las siete en punto de la tarde estaba en la taquilla esperando a mis compañeras. No había ni un alma. Mejor. Yo creo que sabían que iba y las seguidoras temieron que llegara en plan The Walking Dead.

¡Que no se escape ésa, la que dice que tiene una diosa dentro!

Sacamos la entrada, nos tomamos algo a la salud de Christian y para adentro. Veinte personas en total: cuatro señoras juntas, alguna pareja madura suelta, un señor mayor solo (qué sospechoso) y nosotras tres. Comenzaba el espectáculo y la retransmisión en directo vía Twitter.

Tuiteando con disimulo y elegancia

Se acaban los tráilers. Vemos en paralelo a Grey vistiéndose ante su armario Homer Simpson (todo es igual) y a Ana mordiéndose el labio y hecha una fistra, con una camisa de floretas que no sabemos de qué rastrillo la habrá sacado. Se supone que va a entrevistar al hombre más rico del universo y no es capaz ni de lavarse el pelo. La amiga con cara de caniche le agradece el gesto de ir a sustituirla en la cita porque está mala. Primer WTF: un hombre muy importante te concede la entrevista de tu vida y la dejas en manos de una lerda. Me voy yo con los mocos colgando si hace falta. 

 Así te pasas toda la película, querido

La cosa parece que va en plan comedia tipo Bridget Jones, con la prota como muy pava, despistada, metepatas y algo menos Pichote que en la novela, pero no termina de cuajar y esto ya empieza a ser el sindiós que suponíamos. Empeorar el libro no era posible y el intento de darle el toque de humor es un esfuerzo que le reconozco a los guionistas y a la directora, pero no funciona. Sed sinceras, bitches: no habéis venido a ver ni una película de amor ni una comedia romántica, sino a comprobar si Grey folla duro. 

Te vas a quedar con las ganas

En fin, sigamos. Ana llega a Grey House, que está en ca Dios, y aparca en la mismísima puerta, algo normal en Estados Unidos por lo que vemos en todas las películas. Blablablá, todas las que trabajan allí guapísimas y ella pensando que por qué no se habrá echado desodorante. Viene el primer momentazo esperado: la caída al entrar en el despacho.

Ana es tan inocente como Bambi (metáfora sutil)

Por fin le vemos la jeta a Grey, que mira a Ana con su cara de no sabemos qué, mientras que ella busca desesperadamente algo para escribir. Él le ofrece un lápiz con su nombre, símbolo fálico evidente que ella, sin malicia (me meo), no percibe viendo lo alegremente que se lo mete en la boca. Grey se pone perraco pensando en que ese lápiz fuera su boa. 


La entrevista es una cagada de mucho cuidado y termina por convertirse ella en la entrevistada, pero de pronto sale la psicóloga que lleva dentro y es capaz de ver el interior atormentado de Christian más allá de la fachada de buenorro. Éste se queda tan tocado que decide anular todas las reuniones para quedarse con Ana. Oig. Enseguida aparece el tópico de que si estudias filología inglesa sólo lees a Jane Austen, Charlotte Brontë o Thomas Hardy (lo de lingüística o fonética ni lo nombran). Me equivoqué de carrera entonces. P y yo miramos a C, filóloga inglesa, y le preguntamos con retintín si eso es así. Su cara de ajo porro lo dice todo.

C. vino a decirnos esto con su mirada

El hecho de que Ana diga que el que le gusta es Hardy es un punto a favor a los ojos de Grey. Si habéis leído Tess, una de las novelas más cabronas del mundo, sabréis de qué hablo. Siguen blablablá y el tío le ofrece trabajar allí. Para que luego digan que las carreras de letras no tienen "salidas" (¡chistaco!). Termina la reunión y ella sale a la calle, dejando que la lluvia le refresque la cabeza y el xixi. Se siente perraca por primera vez en su vida. ME MEO. No sabe que eso se quita con una autoguarrerida, claro. En fin...


Vuelve a casa con su amiga caniche que le hace un tercer grado para terminar diciendo que hay que ver lo bueno que está el señor Grey, por si acaso no nos ha quedado claro. Y  ella dale que te pego al chupeteo del lápiz-falo en clase. Cambiamos de escenario y sale José, el amigo hispano, calentorro y baboso al que se le nota a la legua que quiere tema con Ana, pero ella, para variar, no se da ni cuenta, la muy pava. La vemos ahora más fistra si cabe trabajando en una tienda de bricolaje y Grey hace chas y se presenta allí, asustando a Ana y al público, tanto por lo repentino de su aparición como por las peticiones siniestras que hace y que no tienen nada de siniestras, coñio, que no está pidiendo nada que no se venda en ese tipo de establecimiento. Si esta tía atendiera al barbas de Bricomanía, lo denunciaba por torturador y genocida como mínimo.

Christian (Pielhoff) en su Cuarto de Juegos

Grey le ofrece una sesión de fotos para ilustrar la entrevista mierder y ahí está José cámara en mano, mientas Ana y la caniche van dejando charcos mirando lo guapo que es el millonario. Éste lleva a Ana a tomar un café y le saca hasta el haba a base de preguntas que la otra contesta alegremente. O sea, te conozco cinco minutos y te cuento mi vida. Esto va de mal en peor. Pero la gran decepción para Christian, que ya la visualiza de rodillas y atada a la pata de la cama, viene cuando Ana confiesa que es romántica porque estudia literatura inglesa. Fuck logic. Otra mirada de coña a C, que se está ciscando en todo. Salen a la calle y otro momentazo esperado: el casi atropello. VERGÜENZA AJENA. Sucesión de los hechos aquí abajo:

(Imagen inédita de la diosa interior de Ana)

Ana se va, efectivamente, más cabreada que una mona y esa noche se cabrea más cuando recibe una carísima primera edición de Tess de parte de Christian. La caniche y ella se van de fiestuki para celebrar que han terminado la carrera y nuestra prota coge un pedo monumental. Con la confianza que da el alcohol llama al móvil de Grey para decirle una serie de tonterías que sacan al Hermano Mayor que Christian lleva dentro. Justo cuando el babas de José está a punto de aprovecharse del pedo de Ana y meterle la lengua hasta la campanilla, llega Grey cual caballero de brillante armadura al rescate, le quita de encima al otro y completa la hazaña con el que es el acto de amor supremo ever: sujetarle el pelo mientras pota. Casi muero de la emocióNO. 

Ana vomitando en la película
Tía pedo en la vida real
[NOTA MENTAL: hasta este momento, Dakota más o menos bien como Ana, pero la borrachera muy mal interpretada, porque lo mismo habla claramente que se tambalea, que entra tan fresca al bar o que pierde el conocimiento (¿posible coma etílico? WTF!)]

Continuemos. Ana se desmaya y despierta sin tener ni pajolera idea de dónde está. Si no sabes beber, ¿pa qué bebes, tontalpijo? 
Si no eres filóloga o romántica, no pillas la nota culta. JA

Grey llega de hacer deporte, todo sudado y sexy, a la habitación y ella se avergüenza mucho porque se supone que él la ha desnudado y metido en la cama.

Oyoyoyoyoyyyyyyy...

Hablando hablando, Grey le dice que si fuera suya no podría sentarse en una semana. Po fale. Entonces suelta la bomba: a él no le va lo romántico, vaya novedad en un tío. Si te liaras con José, Ana-extasiá, verías lo que es el AMOL.


Para hacer bien el amor hay que venir al sur y lo sabes

Inmediatamente después se pone en plan moñas acariciando la cara de ella. No entendemos nada. Sale el tema del contrato y el tercer momentazo, el del ascensor y el Fuck the papers! Ni viendo la versión extendida me ha removido nada, sorry.

Ni rastro de lenguaca ni de química

Veamos ejemplos de lo que es un buen first kiss:


Con lengua, porque ahí hay lengua, no me digáis que no
Perraco 
Friki
De Matrícula de Honor

Van al piso de ella y pillan al hermano de Grey y a la caniche haciendo guarradas en el sofá. Otra de las frases más esperadas aparece por fin: Laters, baby. Tengo que decir que el guión es demencial por momentos, con diálogos faltos de naturalidad y con esas citas célebres metidas como con calzador.
Momento helicóptero Charlie Tango, metáfora con el apretar los cinturones de seguridad (oig) y vuelo hasta Seattle. Una vez en el pisazo de catálogo de Grey, Ana, inocente y  sin dignidad...


Y Grey suelta la LA FRASE: "I don't make love. I fuck. Hard." El día del estreno se tuvo que venir la sala abajo, vamos. ¡Ahora empieza lo bueno! (me dije yo)

Primer pase de un cine cualquiera el 13 de febrero de 2015

Para aclarar eso de que folla duro, Christian le enseña el Cuarto de Juegos, aka La Heladería Siniestra (en la peli no se hace alusión al sexo vainilla, MAL) y Ana lo flipa mucho, aunque se le ponen ojos como platos por aquello de la novedad. Y parecía tonta cuando la compramos...


Metáfora heladera de lo que son los látigos, dildos, esposas, etc...

Añade que él es un clásico para eso de cuándo hay que follar ("sábado sabadete, camisa limpia y polvete"), le advierte de que habrá trocotró pero dormir juntos no, que eso no le va. Pues hijo, qué quieres que te diga...

Jamie siempre lo tuvo claro, el muy pillo

El caso es que se termina descubriendo que Ana es virgen, que no sabe ni cómo darse una alegría a solas (menudas telarañas tiene que tener ahí abajo) y Grey hace la pregunta con la que solté la carcajada: "¿Dónde estabas?" No, queridas, no es lo que parece. Si bien ella lo interpreta como algo bonito (o moñas), el sentido es otro. Le está preguntando que en qué coñio cueva, convento de clausura o isla desierta ha estado que no sabe ni lo que es el autoerotismo. ¡¡Pichote!!

Ana lavándose el xixi

Otro momentazo llega, quizá el más esperado: ¡¡¡El descorche de Ana!!! La cara del Grey en esa escena es como de "venga, voooooy a hacerte el amor, ¡qué remedio!" Qué decepción todo, en serio. Tanto este polvete como los demás están tan estilizados, son tan limpios y bien presentados, que no parece que estén follando, sinceramente. Ni te crees que ella disfrute, ni que él tampoco mucho... ¡Si parece que han grabado por separado! Seguro que el año que viene esta película tiene alguna nominación a los mejores efectos visuales. El follisqueo es tan descafeinado, tan de diseño y tan coreografiado que parece que estemos viendo una peli de Emmanuelle. Lo siento, pero no me creo nada. Es un coitus interruptus en sesión continua, porque ahí nadie se va, ni culea, ni da mandanga de la buena. Como digo, estetización pura de las escenas más esperadas. Ojo, no hay por qué ser burdo para hacer un momento de sexo creíble, y ahí tenemos la noche de bodas de Outlander como mejor ejemplo. Joder, es que una ve el segundo encuentro sexual entre Jamie y Claire y se cree que están haciéndolo de verdad y te pones añdjañlsghañlskdfjasñhgañsdg!!!!!  


Aquí todo son amagos de algo que no se llega a ver ni de pasada o cosas en off: amago de helado marisco, polvo en off en la bañera, un poco de doggy style... Que sí, que me vais a decir que sería insoportable si estuvieran todo el rato dale que te pego, y yo pregunto de nuevo si hemos venido a ver eso (al menos buen sexo) o una comedia romántica. Y no me digáis, fans queridas, que el polvete con la música de Thomas Tallis no es la gran decepción de la película. Hagamos un resumen de las primeras escenas hot.

1. DESCORCHE
¿Pero qué braga-faja es ésta?
Y yo así

2. DESPUÉS DEL DESCORCHE 
A Ana se la ve ya muy suelta

3. BAÑERA
No se ve más que esto (escamotean el Calippo)
Esta escena tiene más morbo sin necesidad de que él se quite la ropa. O el sombrero.

4. TE ATO LAS MANOS CON LA CORBATA-NO ME TOQUES-AMAGO DE SORBETE DE MARISCO
La diosa interior de Ana sobando el pechote de Grey
No puedo con mi vida

Los pilla la madre de él a medio fruncir y blablablá. Ana cae muy bien porque es mona, discreta y todo el rollo. Grey se la lleva a un bosque para hacerle confesiones. Juro que pensaba que le iba a revelar que era un vampiro.



(Lo mejor de la escena: Jamie Dornan con pelos de recién follao)



Allí le cuenta cómo se inició en el sadomasoquismo con una mujer madura a la que Ana llama señora Robinson (indignación máxima por mi parte).

¿Cansado? Pues esto acaba de empezar, nene

De vuelta a casa le deja el contrato para que se lo piense, pero el enchochamiento de él ya es muy claro. A todo esto, Grey le está redecorando a Ana el piso desde la distancia, mira tú que suerte. Y empieza el intercambio de emails, la lectura del contrato y la búsqueda de información por parte de Ana a ver qué coñio es eso de la sumisa y tal.


Ana al principio de leer el contrato
Ana navegando por internet

Viniendo de hacer deporte (porque ahora Ana hace deporte), llega a su piso y Grey de nuevo hace chas y aparece a su lado, la agarra, la tira a la cama, la ata al cabecero con la corbata y a follar. Tenemos POLVO ON THE ROCKS, UN PALO EN EL CULO Y DOGGY STYLE (de nuevo aquí no se ve cómo termina el asunto)

Encuentra las 7 diferencias
Esto es lo único que nos gusta on the rocks: un buen escocés
En esta escena hay paquetito plateado y pelillos sobre la boa
A las haggards nos va mucho el doggy style...
Ana va ahora de listilla y castigadora, y pide una cita formal con Grey para hablar del contrato famoso. Se supone que es una escena cargada de tensión sexual no resuelta que, bueno, es soportable y casi cumple con su objetivo. Pero como él sigue con la misma cara de estar aguantando un pedo todo el rato, pues como que no le vemos tampoco una de esas miradas de guarro que nos gustan (para saber a qué nos referimos, léase el post de Craig Parker, por ejemplo). 


Ana y Christian eliminando las partes del contrato que no interesan
Les traen sushi y a ninguno se le ocurre hacer esto

Después de aclarar ciertos puntos, viene un momento en el que están que se pondrían a hacerlo encima de la mesa, Grey suelta una frase mojabragas (la mejor de la película y posiblemente del libro), ella se muerde el labio y lo deja al borde de la paja.


La diosa interior de Ana pasándoselo pipa en la mesa

Por cierto, durante la lectura del contrato se vislumbra la palabra fellatio. Es la única que vamos a ver en toda la película. MAL.



Llega el día de la graduación de Anastasia. Grey da el discurso de honor, mientras dos chicas comentan lo bueno que está. Ana las oye y les dice que es gay. En fin... Como si las otras lo fueran a catar. A las haggards todo eso nos da igual, ya lo sabéis.


Te queremos, Matt

Christian le regala un coche por la graduación, Ana lo quiere rechazar Y PONE LOS OJOS EN BLANCO, una de los gestos para el que Grey tiene establecido un castigo. Si yo fuera como él, leyendo el libro hubiera dejado bonico el culo de Ana sólo con darle un cachete por cada ojo en blanco, fruncimiento de ceño o mordida de labio. De nuevo, secuencia de los hechos:

Nos referimos a la versión con Sheldon y Amy, no nos equivoquemos

(Lo mejor fue oír a una de las señoras mayores soltar un "¡Poh vaaaamoh!", con tonillo indignado como de "a mí me iba a hacer eso el tío éste." Me desorino).

Después de la experiencia "niña mala tiene que recibir su castigo", Grey deja a Ana colgada y ella no sabe de qué va el asunto. Primero se pone muy calentorro y después, hala, que tengo trabajo. WTF, piensa Ana. 


¿De qué va este tío?

Entramos en otra escena en la que Grey convence a Ana de ir a la Heladería Siniestra sin que se haya firmado papel ninguno. Capulladas everywhere. La otra acepta porque es golosona. Como los críos, le gusta probar y marranear tarrinas de helado aunque luego no le guste la experiencia. Pero el caso es probar y allá que Grey se pone en plan Amo del Calabozo y Ana a todo sí, bwana. Él empieza a dar órdenes: que si te haces una trenza, que si me esperas de rodillas en la puerta y ni se te ocurra mirarme... Joder. Otro momentazo: la aparición de los famosos y nunca bien ponderados vaqueros gastados que le caen de muerte sobre las caderas. Tócate la castaña. Le van a caer en los tobillos si eso.


De cuerpo vamos bien, ejem

Ana empieza a acojonarse y a arrepentirse de haber dicho que sí al granizado de cocido madrileño, porque no sabe exactamente qué le va a hacer ni para qué sirve el surtido de chismes que hay allí.


Mira la Katniss qué lista, aquí no quiere ser voluntaria

Por fin vemos al Grey sado. Palmetazo en la mano. Uno. One. Einer. Que si duele, pregunta el payo. Éste no sabe lo que es haber estudiado en la escuela española de antes, donde los palmetazos y hasta los guantazos estaban a la orden del día. Curadas de espanto estamos, chaval. Seguimos. Le ata los brazos en alto, dos besicos en el cuello, otro en la barriga y Ana chorreando. Grey le quita las bragas y las huele. Vergüenzajenesco, es que no te crees al tío, en serio. A mí me dio la risa floja.


Tres golpecitos mierder con una fusta: culo, debajo de la tetilla y en la barriga. De fondo, Beyoncé interpretando la versión perraca de Crazy in love. Revoltillo de secuencias para que nos hagamos una idea de todo lo que se folla allí. Una idea, repito. Porque, queridas mías, de nuevo ración doble de sexo de salón.


Esto sí es un buen clujío
Tras la panzá de follar fuera de cámara, Ana está agotada y él no. ¡¡¡Máquina, coñio!!!  Después de un sueño reparador, la chavala baja toda perfectamente arreglada y viene una de las moñadas supremas de la película: el baile. Moñada y también vergüenza ajena otra vez con ella en plan JLo delante de David Gandy en el vídeo de First love.


Cena con la familia Grey y Christian metiéndole mano por debajo en plan quinceañero haciendo travesuras, mientras los padres de él están encantados porque al fin van a colocar a su guapísimo hijo, que ya empezaban a sospechar que era un raro. Y sospechaban bien.


La diosa interior de Grey en la cena

Todo perfecto con la familia perfecta hasta que Ana dice en la conversación que va a ver a su madre y él se enfurruña porque no ha sido informado. Tío coñazo. La relación peligra. Ella no lo entiende y él no se entiende a sí mismo. Que si déjame sobarte, que si no me va lo de corazones y flores, que si me quieres cambiar, que si eres tú la que me estás cambiando... De premio Pulitzer.


Los oídos ya me sangraban a estas alturas

En una elipsis digna de Kubrick, nos encontramos a Ana durmiendo (¿otro polvete que nos escamotean?) y a Grey acercándose al catre a confesarle lo que estando despierta no ha querido decirle: su terrible infancia con una madre desnaturalizada. Oig, que llorNO. Ana se despierta más pintada que una puerta y sonríe. ¿Lo ha oído todo? Nos importa un pijo, la verdad.
Al final va a Georgia a ver a su madre (qué pena ver a la mejor Lizzie Bennet de la historia en esta película, ahí sí que estuve a punto de llorar), que es la típica "consejos vendo pero para mí no tengo", más tonta que mear para arriba y decir que está lloviendo. Tras una comida con ella y su pareja (escena innecesaria, sobre todo la tontería con la zanahoria, a ver a cuento de qué), Ana está en su cama pensando en hacerse un pajote y llama a Grey. Ahora la celosa es ella cuando él le dice que va a cenar con alguien, aka la señora Robinson. Preciosa relación fundamentada en la confianza mutua, sí señor.


E.L. James, la madre que te parió, en serio
Al día siguiente están las dos de copichuelas. Grey insiste con el móvil y qué mejor que no cogerlo, que espere. Regresión a la adolescencia, así se hacen las cosas. Pero, OMG, resulta que él ha vuelto a hacer chas y está en el mismo bar. Se presenta y a la madre de Ana se le caen las bragas al ver a Christian. Que selofó, vamos. Fan absoluta de esta mujer por ser una haggard y ver que Grey pesa más que un pollo.


La diosa interior de la madre de Ana dando gracias a Dios por la visión
Tras una conversación mierder, parece que se reconcilian y entramos en otro momento moñas: el vuelo sin motor, lo que cualquier enamorado haría por recuperar a su chica. Y él la presenta al copiloto como su novia. Fans on fire en esa escena, seguro. Todo es una gran metáfora del orgasmo que siente Ana.



Christian recibe una llamada sospechosa y se tiene que ir corriendo a Seattle. La madre haggard de Ana se apena mucho, claro.


De la que te has librado, maja

Reencuentro y la gran decepción de las fans: el trocotró al ritmo de Thomas Tallis. Tan bonito todo, tanta cámara lenta, que ahí no se pone perraco nadie. De nuevo hay que imaginar demasiado.


¡¡Ay, casi!!

Es todo tan perfecto que Ana no se lo cree, pero después de tan fantástico y estético polvete ve que Christian está muy triste. Y es que está muy jodido, porque tiene más sombras que luces, cincuenta sombras más. Oigggg. "Yo te ilumino, mi amor", sugiere Ana. "Llévame a catar ese helado de fabada con extra de embutido que tienes escondido". A punto de terminar la película, vemos a Jamie Dornan haciendo de Christian Grey finalmente, con cara de estar disfrutando con lo que hace y no con ese gesto de estreñido que ha tenido toda la película. 


Jamie Dornan se nos pone chulito

Y llegamos al final de este vía crucis. Ana llora tras la experiencia, Christian se siente raro (¿será amooooooorrrr?), ella le rehuye y todo es muy triste, tanto que hasta el cielo llora en una metáfora visual nada evidente. 


Si Grey hubiera llevado este look, Ana no se va, que lo sé yo

Ahora ella no quiere que él la toque y se va echando leches del piso. Mira que os tengo dicho que hay que mirar los congeladores de los tipos raros, que a saber lo que tienen allí escondido, pardillas. Se cierra el ascensor con ella dentro y fundido en negro. Hala, ya está.



CONCLUSIONES: adaptación sólo para fans acérrimas, aunque yo creo que hasta ellas consideran que la cosa ha sido demasiado light. No me voy a repetir con lo de las escenas de sexo, pero el tono general de la película es convencional y hasta aburrido por momentos. Ni chicha ni limoná, aunque viniendo de donde viene... Milagros en Lourdes. Esto no es ni descafeinado, sino lo que llaman en mi tierra "un desgraciao": café sin cafeína, con sacarina y leche desnatada. 



LO MEJOR: Jamie Dornan con pelos de recién follao, sus manos como manojos de plátanos, los pelillos en el pecho (pocos, pero ya es algo), los del camino a la boa y su voz (esto hay que verlo en VO). El intento de darle un toque cómico, pero naufraga.
LO PEOR: que no se aclaran con el género de la película, el guión es demencial en algunas escenas y el ritmo llega a aburrir. Erotismo poco. Grey parece que se ha tragado el palo de la escoba.
LO MÁS BIZARRO: que me la haya visto varias veces para hacer esta review. ¡Creo que con eso ya  me merezco un voto de confianza!

Ojalá hubiera llegado a mi casa con ganas de comerme a mi Dex Dexter particular, eso hubiera sido todo un éxito para la película, pero no fue el caso...
Y hasta aquí la crónica de esta sufrida haggard. ¡No nos hagáis unfollow, queridas!


¡No has podido conmigo, Grey! ¡Nos vemos en la siguiente!


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
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