miércoles, 8 de julio de 2015

Diccionario haggardiano: Comío de mierda

¿Cómo va esa Droughlander, queridas haggards? Hace ya un mes que nos quedamos sin Jamie Fraser y todos sus complementos (pechote, porno rodilla, sonrisa bajabragas, mirada que te preña...), pero hay que seguir adelante. Y aquí estamos nosotras para ayudaros a sobrellevar la espera, si no por aquí, al menos más frecuentemente por nuestro blog de reseñas de novelas románticas o bien subiendo obras de arte a nuestro particular museo dedicado al Arte y a David Gandy, lugares ambos a los que estáis invitadas.

Cualquier excusa es buena para poner a David aquí o allá

Pero sabemos que os pierde el mundo haggard y por eso no abandonamos este rincón del fungirleo y el desenfado. Y qué mejor manera de retomar las riendas tras el infartante fin de temporada de Outlander que hablando de algo que a todas nos dejó sin aliento en la serie. No, no nos referimos a lo que fue ver a Jamie sometido a Joputa, mal rayo le parta, sino el sentirnos culpables por notar los bajos ardiendo al contemplar a nuestro adorafollable pelirrojo lleno de mugre y sangre en la prisión de Wentworth. Porque, haggards del mundo, no se nos escapó detalle de todos y cada uno de los comentarios que vimos por las redes sobre ello: que si hay que ver qué guapo está así; que si, oh Señor, perdóname, pero melofó con roña y todo... En definitiva: ver a Jamie comío de mierda fue un gustazo.


¡Estáis como cabras, haggards!

Y es que, queridas, todas sabemos que lo sucio tiene algo atrayente. No en vano dirty tiene acepciones tales como "sucio" y "obsceno" en inglés. Junto a los ya glosados pelos de recién follao y a las barbas, el ir comío de mierda tiene a veces un toque guarro-perraquil importante. Hoy vamos a traer aquí unos cuantos ejemplos de ello. Id preparando las lenguacas para relamer bien esos cuerpos serranos. ¡Empezamos!




Las haggards somos fans del cine clásico y por ello no podemos evitar iniciar este repaso -escaso, lo sabemos, pero es imposible meter a todo maromo viviente lleno de porquería, sudor y polvo (que le echaríamos, ejem) en este post- con algunos de nuestros actores favoritos ever

GARY COOPER
Ay, queridas, si no habéis visto Juan Nadie no sabéis lo que es estar en la piel de Barbara Stanwyck. La sufrida periodista hace un casting para buscar a su John Doe, un inexistente ciudadano que firma un artículo escrito por ella misma. Como es más lista que el hambre, ve el potencial para atraer a las masas que este tímido señor de ojos maravillosos esconde tras su atuendo de mendigo. Es verlo hecho un guarro y caérsele las bragas. Os juro que se oye cómo aterrizan en el suelo en el momento en el que aparece ante ella. Y ante nosotras.


Barbara, una gran haggard, menudos maridos tuvo en la ficción y en la vida real

Pero un Gary ya maduro nos tenía reservada otra sorpresa en El manantial. A la protagonista, Patricia Neal, le revientan los ovarios cuando visita una cantera propiedad de su familia y vislumbra a un sudoroso trabajador que, para más desvergüenza, la observa con un descaro impropio de un subordinado, desnudándola con la mirada. Y ella como una loca buscando una manguera con la que apagar los fuegos xixiles que siente. Menudas ensoñaciones tiene luego mientras se cepilla el pelo ante su tocador, a falta de poder cepillarse a Gary.

Gary, taládranos, anda

GREGORY PECK
El siempre correcto, pulcro y hasta sosaina de Gregory nos dio todo un sorpresón cuando se nos presentó como un canalla en Duelo al sol. No le bastaba con sonreír y pegar unos besarracos de los de levantarte las enaguas, sino que encima SPOILER se nos cubre de sudor y otros fluidos hacia el final de la película.FIN DE SPOILER


Ay, Gregory, queremos ser tu Perla Chávez

CHARLTON HESTON
Sí, sabemos que este actor tiene muchos detractores, pero nosotras nos quedamos con sus interpretaciones épicas, dos de ellas llenas de sangre, sudor y lágrimas: como Moisés en Los Diez Mandamientos y encarnando a Ben-Hur en la película del mismo nombre. Al principio de ambas aparece pulcro, limpio y bien vestido, puesto que en las dos interpreta a sendos príncipes, uno de Egipto y otro judío. Pero al caer en desgracia viene el desaliño y las haggards encantadas, porque a la suciedad se unen los pelos despeinados y las barbas guarras. Normal que, en el caso de Moisés, a Séfora se le queme la túnica cual zarza ardiendo cuando lo ve tendido durmiendo plácidamente junto al pozo de su padre. En el caso de Ben-Hur, no es por nada, pero las miraditas de Quinto Arrio cuando está probando su fuerza en las galeras... Pero todo lo arreglaron como un amor paterno-filial, ejem. Lo que sí que era descarado era lo de Mesala...


Con cadenas ya pa qué, PA QUÉ
Toma gimnasio romano
[Advertencia: hemos visto imágenes de la versión de 2010 de Ben-Hur y ni rastro de barba ni de sudor. Sangrado de ojos garantizado, avisadas estáis]

PAUL NEWMAN Y STEVE McQUEEN
Uno de los imprescindibles del cine de catástrofes setentero es El coloso en llamas. Habiendo fuego de por medio (y no el de nuestros bajos, que también), la roña en forma de hollín y sudores está garantizada. El reparto es el típico de estas producciones, lleno de grandes glorias del pasado, estrellas emergentes y otras consagradas. Entre estas últimas encontramos al tándem formado por Paul Newman y Steve McQueen, arquitecto y jefe de bomberos respectivamente, unidos en la titánica tarea de salvar vidas en este desastre constructivo digno de Santiago Calatrava (aunque aquí la culpa es del tacaño del cuñado de Paul, que usa vigas barateras para ahorrar perras, ojo). Conforme va ardiendo el edificio, la camisa de Paul va llenándose de lamparones y su cara de mugre. A Steve también le queda el color humo estupendamente en contraste con sus ojos azules, sus interesantes patas de gallo y su pelo rubio. Atentas a la foto que vamos a poner: Faye Dunaway sabía lo que era un sandwichito bien tostado, la muy bitch.


No me envuelva el bocata, me lo como aquí mismo

Entrando ya en maromos recientes, he aquí nuestra pequeña selección:

LOS CHICOS DE LOST: JOSH HOLLOWAY Y MATTHEW FOX
Si bien Kim no ha disfrutado de los placeres maromiales de Lost, es imprescindible traer aquí a dos de sus protagonistas. De entrada, Josh Holloway puede parecer el típico rubiales calorro que no te dice nada, pero verlo como James "Sawyer" Ford es otro cantar. Estando en una isla que no se sabe ni dónde pijo para, es normal y natural ir comío de mierda con el paso del tiempo. Ahí es donde Josh se hace un señor digno de entrar en esta galería por cuerpazo, guarro, canalla, morreador de pro y malote con corazón de oro.


Esos cuatro pelos meaos nos dan igual si él está lleno de roña
Matthew Fox, sin embargo, encarnaba a un personaje más heroico que el de Josh, pero ojo con él... Tenía más traumas que Christian Grey. A veces daban ganas de pegarle un guantazo, pero la verdad es que todas sufrimos mucho con él y casi nos morimos cuando salió con barbas y cara de pena.

Qué moñas eras a veces, Jack, pero te queremos

NIKOLAJ COSTER-WALDAU
Si Juego de Tronos se hubiera rodado hace diez o quince años, Josh Holloway hubiera sido el perfecto Jaime Lannister. Pero estamos todas tranquilas porque para eso nació el danés Nikolaj. Su aire de Príncipe Encantador de Shrek de la primera temporada desaparece totalmente cuando cae prisionero y la suciedad empieza a hacer de su cuerpo su hogar. Aplaudiendo sin parar estábamos, por supuesto. Del relamido rubiales del principio pasamos a un sufrido personaje humillado y consciente de que ya no es el todopoderoso capa blanca de antes. Somos fans de Jaime roñoso y mugriento a pesar de sus pecadillos del pasado.

Qué peligro tenéis, haggards

CLIVE STANDEN
Si hay actualmente una serie donde abunden los tíos con suciedad, sangre y pelos ésa es, sin duda, Vikings. Como en Lost, aquí tenemos a un moreno y a un rubio, pero del rubio vamos a pasar porque las haggards somos anti Ragnar aunque lleve roña encima para parar un carro. Lo sentimos, pero somos más del hermano como bien sabéis. Ese Clive Standen como Rollo es el paradigma de lo que es estar lleno de barro y darnos ganas de zampárnoslo. Ese look nos lleva además a algo que va intrínsecamente unido al "comío de mierda": el asco rico. Porque, queridas, seamos realistas. Sabemos que si nos teletransportáramos al pasado moriríamos de las pestes que tendríamos que soportar, pero si van acompañadas de un filete de primera como Clive Standen, el asco se deja a un lado, se hace de tripas corazón y si hay que comer, se come. Un buen aderezo tapa cualquier efluvio indeseable. Que tampoco íbamos nosotras a oler a rosas allí, vamos. Pero ya se sabe que a los nórdicos les gusta mucho el pescao (vale, ya paramos).

Vengo así del trabajo, ¿alguna voluntaria para lavarme?
ANTONY STARR
Terminamos con Lucas "Ojitos" Hood, el protagonista de Banshee, una serie que empieza siempre con un polvo o una paliza. Lo que es seguro es que en cada capítulo vamos a ver follisqueo y palos a lo bruto, lo que garantiza una buena ración de sangre y desaliño. Lucas Hood se lleva sí o sí buena parte de ambos, porque se tira a tó lo que se menea y también recibe hostias como panes por todos lados. Por esta razón, casi nunca lo vamos a ver con la cara limpia de costras y/o cicatrices, aunque una de la mejores imágenes de la temporada fue verlo con barbas y pelos despeinados en sus tiempos de presidiario.


Hola, nena, no te estoy guiñando un ojo, es que no puedo ni abrirlo
¡Y tiene pechote!
En definitiva y tras todo lo dicho, la Sublime Academia Haggardiana de la Lenguaca (de Jamie Fraser) definiría "comío de mierda" tal que así:


Y hasta aquí nuestra selección, queridas haggards. ¿Cuáles son vuestros maromos comíos de mierda favoritos? 


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This Share This