sábado, 31 de diciembre de 2016

Fungirleando otro año más

Haggards queridas, los años pasan y nosotras estamos encantadas de haber encontrado un huequecito en vuestros corazones. Por nuestra parte, ya sabéis que llevamos una lentejuela prendida con vuestro nombre (además de una buena cantidad más con los nombres de todos nuestros maromos). Para el año que entra os deseamos, como siempre, muchos dayamons, fungirleo, descubrimientos maromiales, buenas lecturas, culebrones y brilli-brilli. Que no falte esta noche ni nunca el champán en vuestra mesa y un buen pechote con su boa en vuestra cama. Ah, y que sepáis que este año, según los chinos, es el Año del Gallo. ¡A la caza de unos buenos espolones! 

¡Feliz 2017, haggards!




DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This Share This

jueves, 22 de diciembre de 2016

Diccionario haggardiano: cura curato/curita palote

Queridas, se acerca la Navidad, período entrañable para pasarlo en familia, pelearte en las cenas por la última cucharada de caviar, sacar las miserias y, ya de paso, los diamantacos que hagan que a tu prima, la del condado de Youarenobodyshire, se le pongan los pelos como si hubiera metido los dedos en un enchufe de la envidia. Y todo este rollo viene a cuento por lo siguiente: que aquí, en Haggardland, somos muy devotas y pías, y más si durante la Misa del Gallo con Espolones se nos pone delante un señor de buen ver y mejor tocar ataviado con un irresistible vestuario que nos dice TERRITORIO PROHIBIDO. Nos referimos, haggards nuestras, a lo que venimos a llamar un "cura curato", según Cassie, servidora, o un "curita palote", según Kim, que siempre está pensando en lo mismo, es decir, en los santos sacametos, digooooo, sacramentos.


Qué mala eres, Cassie. ¡Si soy una santa!

Según la Real Academia de la Lenguaca (de Jamie Fraser), un "cura curato/curita palote" sería... 


Antes de nada, hay que aclarar que un cura curato no tiene por qué evolucionar hacia un curita palote siempre; es más, en la mayoría de los casos no lo hacen. Pero remontémonos a los orígenes de nuestra devoción para que la explicación de cómo se puede pasar de uno a otro sea más clara. Seguro que muchas de vosotras también caísteis en las redes de cierta historia cuando erais tiernas haggards-to-be, una que marcó un antes y un después en la vida de todas las que vimos semejante dramón. Me refiero, como habréis supuesto, a El pájaro espino. Aún recuerdo el escandalazo que supuso su emisión, con sermones prohibiendo su visionado, so pena de excomunión como poco. Pero, bendito sea el Señor, en nuestras casas no nos mandaban a la cama ni cuando salían los dos rombos y empezaba El Show de Benny Hill, así que pudimos disfrutar del culebrón de moda del que todo el mundo hablaba y que nadie, supuestamente, veía. 


Era un poco moñas, pero es lo que se llevaba

El protagonista comenzaba siendo un cura curato, es decir, levantando pasiones entre las féminas por ser guapo e inalcanzable. Y así se lo hacía saber a una dulce niñita que conoce en su juventud. 

Can't marry pero can trocotró chimpún

Pero con lo que no contaba el joven sacerdote es que su boa tenía vida propia y así se lo hace saber en el momento en el que se reencuentra con la niñita ya hecha mujer.

Se me han puesto duras las cuentas del Rosario

Como es normal, el cura curato Ralph termina por caer en la tentación vestida como una fémina pecadora y se convierte en el curita palote por excelencia

Despegando la hostia del paladar con la lengua

Ahí estaba en todo el meollo el blandurrio de Richard Chamberlain, galán que ya gustó a nuestras madres como Dr. Kildare y que ahora las tenía como locas delante de la tele, al tiempo que nos adoctrinaban, como buenas haggards que eran sin saberlo, en el mundo maromial asotanado. Así, además de mostrarnos el camino con el padre Ralph de Bricassart, las sabias progenitoras nos descubrieron a clásicos como Montgomery Clift, maromo en blanco y negro, con alzacuellos y bajaenaguas. 


Perdóneme, padre, porque voy a pecarrrrrañdkjfalñsdghañsldjkfslkd

Una vez que las haggards adquirimos sapiencia y experiencia, no nos faltó la rapidez para captar un buen maromo tras una sotana o, mucho mejor, un buen hábito frailuno. Ya podían ser gallos con maravillosos espolones como Sean Connery en El nombre de la rosa que pollos tonsurados como Christian Slater en la misma película. 


Pongámonos las gafas y el outfit para buscar maromos bajo sotanas
¡Vámonos, que éstas nos arrancan el hábito con los dientes!

La lista podría ser eterna, como la otra vida que nos espera más allá, en un Paraíso lleno de maromos por ser tan buenas y compartir nuestros secretos con todas las haggards del mundo. Pero hemos pensado que lo mejor es ir descubriendo nuestro Gran Archivo Secreto poco a poco, que no queremos que sufráis una crisis religiosa si soltamos todo aquí de golpe.



Por ello os vamos a dejar con una de las últimas adquisiciones que ha llegado a nuestros bajos ojos: James Norton como Sidney Chambers, el pastor anglicano de Grantchester.


Es cierto que un pastor protestante tiene menos morbo que un cura porque el primero sí se puede casar y no se ve como un objetivo inalcanzable. Pero reconozcamos que tener vía libre para agarrarlo del alzacuellos y poner en práctica el mandato de "creced y multiplicaos" encierra cierto añdkjfalñsjgañsdjfsañkadfjas.


En ese hueco del cuello hincábamos el colmillo

Si encima nos ponen a un rubiales medio pelirrojo con pelos de recién follao y que odia el jerez porque prefiere un buen whisky, agarramos una barca y nos vamos a la Pérfida Albión a comprobar qué es eso del anglicanismo. 


Me bebo hasta el agua de los floreros que hay en el altar

De vez en cuando, Sidney Chambers nos deleita con una sonrisa bajabragas o con unos ojos llorosos de mirada un poco extraviada y de cordero degollado que nos dejan con las defensas (y los ovarios) por los suelos y la fe por todo lo alto.



Esos momentos de bajón que le dan de vez en cuando y que nos hacen querer achucharlo tienen su explicación: el pobre sufre mucho por un amor imposible y tiene una buena reata enamoradas detrás de él que quieren llevarlo al catre altar. 



Pero no es para menos, porque menudo ejemplar. Como las iglesias están cada vez más vacías, cualquier excusa es buena con tal de ganarse feligresas. Quedarse en camiseta interior o, mejor, despechotado del todo, es una manera tan buena de evangelizar como cualquier otra



Sidney Chambers es, antes que pastor, hombre, aunque intente una y otra vez anteponer su vocación a su boa-ción. Este vicario es, sin duda, uno de los mejores ejemplos de curita palote que podemos encontrar. 



Si queréis saber cómo le da a la lenguaca los sermones en privado, no dudéis en echar un polvazo vistazo a Grantchester. No es gran cosa como serie, pero con semejante pastor la conversión está asegurada, queridas hermanas en maromos.


En la vicaría os espero, haggards

En fin, queridas, aprovechad estos días de paz y amor para hacerle una visita a nuestro flamante curita palote, que él os recibirá con los brazos abiertos, como todo buen cristiano debe hacer.


Venga, venid a verme, que me aburro...
¡Raudas y veloces! 


DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This Share This