¡Bienvenidas, de nuevo, a este hogar de fangirleo y sufrimiento outlanderiano! Y es que los momentos de felicidad en esta serie duran menos que un Funko de Jamie Fraser en Amazon (¡dejad ya de comprarlos que las haggards necesitamos uno! ¡Que sois unas bichas!) y, a pesar de la aparente tranquilidad que tenemos en la serie, ya tenemos a nuestra pareja separada. ¡Crucemos los dedos para que en este capítulo se reencuentren! Aunque ya sabemos que no tendremos tanta suerte... ¡Dale al play, chato!
Empezamos con un plano del Artemis y el Marsopa juntitos, lo que significa un nuevo truco del almendruco en tiempo outlanderiano. Vamos, que es un retrospecter.
Están en el Artemis muy tranquilos y de buen humor, tal vez porque tienen tiempo para aburrirse como monas, tal vez porque se han librado temporalmente de una de las mujeres y se ha llevado su mala suerte. Únicamente Jamie la echa de menos, que para eso es la suya (su mujer, no su mala suerte *tose* *tose mucho*).
Cuando te vea, Claire, el lugar de este cuchillo lo va a ocupar mi percutor martillo |
Mientras Jamie se entretiene lanzándonos metáforas visuales, Fergus está haciendo tratos con el cocinero, que le debe haber dado un saquito con un trozo de jamón porque Melopollè lo huele y pone cara de supremo disfrute.
Jamie sospecha que Melopollè quiere que él lo vea como un chico responsable y considerado capaz de velar por su dama y evitar su muerte por sobredosis de olor a pies pero el tiempo de confesiones amorosas se ha terminado porque el Artemis ha metido la quinta.
¡Jamie, rescátameeeeee! Si lo sé te dejo el gadgetovestido para que vueles a por mí |
A Dior pongo por testigo de que cuando te recupere no te dejo sola ni para ir a mear |
Jamie se pone frenético viendo que Claire sigue dentro del barco mientras éste pasa a la hipervelocidad y se aleja de ellos así que se pone a dar órdenes como un loco, que si levad anclas, desplieguen velas, todos a babor y el chino a estribor a ver si me entero de qué parte del barco es cada cosa, todo lo que hace un capitán de barco desesperado cuando... Oh, wait.
Hablemos de lo que hace un capitán, pelirrojo |
A Jamie le están birlando a la mujer delante de su cara pero el capitán del Artemis decide que no merece la pena perder hasta los tricornios haciendo cosas a toda pastilla por alcanzar un barco tifoideo únicamente por una mujer que al Marsopa le hace más falta y a la que van a ver dentro de unas semanas en Jamaica.
Te voy a dar un viaje mamporril como no me dejes ir a por mi mujer |
Ahí empiezan a sacar una cantidad de cuchillos y pistolucas que ni en el Bronx, oye. Cuando se calman los ánimos y bajan las armas, Jamie le pide al capitán que al menos mantengan el Marsopa a tiro de catalejo pero éste le dice que ellos respetan los límites de velocidad marítima y que considera necesario ir a la velocidad del caracol, la que me salga a mí de un coj*n. Por cierto, que también considera necesario que Jamie deje de molestarle y ordena que lo encierren abajo como si fuera un prisionero (de nuevo, ay 😭😭😭).
Lo que pasa es que te doy envidia porque tú vas mugroso y yo, hecho un dandy |
Y allá que va, con cien cañones por banda viento en popa a toda vela no surca el mar sino vuela el Marsopa y su fiebre tifoidea. Esta inesperada pasajera está dotando al barco de una maravillosa fragancia y de una moqueta de lo más agradable, la formada por múltiples potas (mmmmmmm, qué gustito pasear por ahí y que tus zapatos hagan "chof chof"...). Claire no aprecia esos pequeños detalles de la vida sumergida como está en la vorágine doctoril de curar la epidemia. Con un look que parece sacado de M.A.S.H. intenta que se limpien las bodegas para que se pueda colocar a los enfermos como si fueran piezas del tetris, aprovechando el espacio al máximo pero sin tocarse, que esta fiebre se contagia más rápidamente que la que nos da a todas cada vez que sale Jamie. Además les intenta hacer comprender que esto se transmite por la comida y por el tacto, así que manos fuera, cochinotes.
Lavaos las manos, que van a la minga y al pan |
No todo el mundo recibe de buena gana las órdenes de una mujer pero a Claire le sale un inesperado defensor en la forma de un mozalbete uniformado, el señor Pound, que informa al que se queja de que las órdenes que obedece son las del capitán y debe tratar a la señora con el debido respeto.
A pesar de que parezca un pirata y no se le manche nunca la falda |
Madre mía, chica, seguro que cuando haya un holocausto nuclear sobrevivirán las cucharachas y tu gadgetotraje. Claire comunica a otro marinero que todos deben lavarse las manos en un cubo de grog (una especie de mojito de garrafón). El nuevo defensor de Claire no entiende por qué deben meter las manos en el cubo de mojito que luego se les pegan las pelusas en lugar de soltarle un buen trago y ella le explica que deben hacerlo porque el alcohol de la bebida mata los bichitos que provocan la fiebre y que éstos se transmiten a través de cualquier tocamiento.
Pues los gérmenes le dan al bebercio un sabor superior |
Claro que eso Claire se lo dijo cuando el mozalbete ya se había rechupeteado bien los dedos así que otra vez las manos al mismo cubo, que se va hacer una capa de mierda en ese líquido que puede surgir ahí una nueva civilización. Mientras que Claire piensa en que se ha metido un viaje de doscientos años para acabar dando gracias de no estar con Jamie porque así le ha evitado las fiebres mortales, el señor Pound aparece con un sombrero y una invitación de lo más tentadora.
De lo que se ha dado cuenta es de que llevan dos escoceses presos por destilar whisky de modo ilegal (qué raro, "whisky" y "escoceses" juntos en la misma frase) y que tal vez pueden usar el mojito para destilar alcohol para desinfectar y así no tener que llevar las manos como si te hubieras restregado un caramelo en ellas. Claire da palmas con las orejas ante la brillantez de su nuevo ayudante y pronto tenemos reducción de bebercio para la tripulación y a los escoceses destilando. La tarea médica de Claire es interminable e incluye dar de comer engrudo de leche de cabra y estar atenta a que todos hagan lo que ella dice, lo que le produce una tremenda satisfacción. Especialmente contenta está con su ayudante, al que decide llamar por su nombre, Elias, ya que va por el camino de pasar más horas con él que con su marido. El muchacho tiene catorce años y lleva media vida en el mar, siendo éste su primer viaje en solitario (pues vaya barco has escogido para debutar, querido).
El caso es que habrá mucho alcoholazo destilado y mucha fregona recogiendo pota pero allí no dejan de enfermar y de estirar la pata, ya puede llevar ese barco más gente que un crucero de jubilados o vas a acabar remando tú, Claire. Como nuestra prota no es mujer de darse por vencida, saca su vena holmesiana y le pide al capitán que le deje indagar en el diario del anterior médico hasta encontrar la fuente del contagio.
Cual Indiana Jones médica sigue el rastro de las muertes y las potas y llega a Joe Howard, que estuvo conviviendo con los primeros enfermos sin que la fiebre le tocara, lo que le pone un luminoso encima que pone "fuente de la enfermedad aquí". El cocinero, que tiene el mismo cariño a Claire que a pincharse el culo con un cardo y cuyo ayudante es, guess what, Joe Howard, se queja de que mucho hervir agua y tomar menos bebercio pero que allí siguen cayendo como moscas. ¡Claro, hombre, porque el que contagia la enfermedad sigue tocando la comida con las manos!
Ya te has dado cuenta de que me bebo hasta el agua de los floreros, ¿verdad? |
Para cerrar los ojos de mis amigos muertos no vine, eso está claro |
El caso es que habrá mucho alcoholazo destilado y mucha fregona recogiendo pota pero allí no dejan de enfermar y de estirar la pata, ya puede llevar ese barco más gente que un crucero de jubilados o vas a acabar remando tú, Claire. Como nuestra prota no es mujer de darse por vencida, saca su vena holmesiana y le pide al capitán que le deje indagar en el diario del anterior médico hasta encontrar la fuente del contagio.
Así tengo los ojos de mirar tanto nombre |
Cual Indiana Jones médica sigue el rastro de las muertes y las potas y llega a Joe Howard, que estuvo conviviendo con los primeros enfermos sin que la fiebre le tocara, lo que le pone un luminoso encima que pone "fuente de la enfermedad aquí". El cocinero, que tiene el mismo cariño a Claire que a pincharse el culo con un cardo y cuyo ayudante es, guess what, Joe Howard, se queja de que mucho hervir agua y tomar menos bebercio pero que allí siguen cayendo como moscas. ¡Claro, hombre, porque el que contagia la enfermedad sigue tocando la comida con las manos!
Pues la tuya me la voy a pasar por el *abo |
A pesar de que nadie entiende que el que contagie no se ponga enfermo, el capitán confía ciegamente en ella y aprisiona a Howard para que deje de ser un peligro sanitario.
Espero que le guste la comida con sabor a lapo, doctora |
Dejemos a Claire con el suculento bufet que va a empezar a tomar a partir de ahora y vayamos al Artemis con Melopollè que, mientras le lleva un plato de engrudo a Jamie, rememora viejos tiempos y birla un trozo de pan para su milord, que debe estar famélico en su flotante cárcel.
Gracias, Fergustito, comida es justo lo que necesito ahora |
Sin Willoughby con sus agujitas y encerrado con el vaivén marino como único acompañante Jamie ha sucumbido al potamiento extremo, al que acompaña la preocupación de tener a Claire secuestrada en el Marsopa rodeada de trescientos hombres con sus trescientas correspondientes boas sedientas de bajos femeninos. Jamie necesita escapar de allí cuanto antes y para ello recurre a los mágicos dedos de Fergus.
A ver si creías que te iba a pedir que le alegraras la tarde a Marsali y sus enaguas |
De eso nada, chico, si Jamie tiene la boa quieta, tu mano no se acerca a tu bragueta. Nuestro highlander le pide que ejerza de nuevo de ladronzuelo para que, una vez libre, consigan que parte de la tripulación se amotine para apoderarse del barco y así meter la quinta vela y alcanzar al Marsopa.
El sedicioso seductor se convertirá en el capitán PARFAVAAAAR |
Melopollè no ve muy claro que logren hacerse con el barco y más con el plan que Jamie intenta pergeñar, el Plan Escarlata, que consiste en que Fergus le libere y el resto ya lo pensará mañana. Ante una estrategia tan bien planificada a Melopollè no le queda otra opción que negarse, ya que por mucho que él también quiera a Claire no...
Sutil y tranquila reacción de Jamie ante la respuesta de Fergus |
Milord, me he hecho 💩 del susto |
¡Por Dior, que nosotras también, Melopollè! Jamie le dice que para qué sirve entonces y que hizo muy bien en no darle su consentimiento con Marsali porque no sabe lo que es el amor, que si lo supiera removería cielo y tierra e incluso saldría en el programa de Ana Rosa Quintana si fuera necesario para liberar a la mujer que quiere.
Que vuelva Claire, que se llevó el antifrizz de Kerastase |
Fergustito está que le suda hasta la mano de madera por todo lo que le está diciendo Jamie, el cual, para rematar la tortura mental de Melopollè, le dice que si roba la llave y lo libera dará su bendición para el matrimonio con Marsali. Pero tú ahora vete sin presión, Fergustito, sal de allí como si hubierais jugado a las damas y consuélate con que al menos tú tienes a tu milord vivito y coleando (más quisiera él que darle a la cola) mientras que Elias en el Marsopa tiene que hacerle un piercing como regalo final a su amigo muerto.
A mí no me parece de amigos mandarme así a mi viaje final |
Así, con una sencilla ceremonia y los debidos honores, se lanzan los cuerpos a ser pasto del mar y se queda el barco un poco más ligerito (ya puedes correr, Jamie, ya que ahora este bicho sí que vuela). Claire le explica a Elias que ella no está tan afectada por las muertes porque tiene un corazón de piedra ha aprendido a separar mente y corazón para no volverse más loca de lo que ya está con una nueva pérdida (cosas de vivir un amor intertemporal). Claire cree que, con suerte, saldrán de ésta y Elias, por si acaso, le presta su amuleto.
La mutilación de conejos siempre ha ido de perlas contra la mala suerte |
Os podríais cortar la picha a ver si funciona igual |
Venga y encima a Elias le dio la pata su madre muerta, está claro que nos han puesto a este personaje para que se nos corra el rímel llorando de pena. Ahora encima hay otro enfermo más, el marido de la señora Johansen (que es la que cuida las cabras que cualquier barco de bien lleva y cuya presencia desconocíamos). El caso es que el señor debía estar del mojito hasta la punta de la proa y se apretó una botella del alcohol destilado, acabando más pedo que Alfredo y haciendo aflorar el más delicado vocabulario de Claire cuando ésta realiza el etílico descubrimiento.
Claire in the heat of the moment |
Con lo fina que parecía y es más basta que un bocadillo de esparto |
A pesar del vocabulario tan exquisito, Claire no olvida sus modales de doctora queen y le da las gracias a la señora Johansen (de nombre Annekje) por su labor de cabrera y lechera, ya que la leche de las cabras es lo que mantiene a los hombres vivos (sería un sueño mantenerse vivo y sano a base de mojitos pero lo he intentando y, creedme, no funciona -ni con ron, whisky, champán, fernet con coca, resolí, sangría, mistela, vermú...-). Mientras le cuentan a Claire que allí se beben hasta el agua de los floreros, a ella le corre un sudor frío por el canalillo cuando se da la vuelta y ve una bandera portuguesa entre la mierda que hay allí abajo.
Pues la bandera portuguesa, ¿no lo acabas de decir? |
Claire lo que ha hecho ha sido recordar que Jared les dijo que únicamente había salido de puerto una fragata con bandera portuguesa, el Bruja. El marinero que hace bulto por el capítulo le cuenta que dos semanas atrás abordaron una fragata portuguesa cuyo nombre recuerda el capitán, que a él no le han dado tanto papel como para decir tantas cosas. ¡Vayamos al abordaje del capitán Leonard y su conocimiento!
No soy el capitán pero soy su diario de a bordo, ¡mírame, mírame! |
¡Y a ver qué va a hacer Claire sino sucumbir a los cantos de sirena que provienen del libro! Con la capacidad que le da haber vivido con un historiador y ayudarle a rebuscar entre libros llenos de mierda Claire tarda poco en encontrar que la fragata que abordaron no es la que se llevó a Ian pero el sentido haggardiano le dice que siga pasando páginas, que encontrará algo interesante...
¡Pero pero PERO! De pasta de boniato nos quedamos al ver el nombre del hombre que nos desvela pero nos volvemos más tiesas que la mojama cuando Claire sigue leyendo y...
Y tres más cuatro logaritmo marinero de traidor elevado al cubo, el capitán ha deducido que Jamie Fraser es el seudónimo que usa el sedicioso seductor Alexander Malcolm. Nos damos cabezazos contra la pared viendo que Jamie tiene tal cantidad de nombres que no se puede hacer una cuenta de Twitter decente pero que ninguno le sirve para enmascarar su verdadera personalidad (lo normal cuando destilas PARFAVAAAARismo, que da igual el nombre que te pongas, siempre acabas destacando). Tan ensimismada en el descubrimiento está Claire que la pilla el cocinero con las manos en la masa. Éste se muestra amenazante y jura por la langosta que nunca podrá cocinar que va a desenmascararla pero Claire, que a estas alturas sabe más que Lepe, Lepijo y su hijo, le dice que el capitán confía en ella así que, si cuenta que el cocinero la ha amenazado con un meneo bajeril no consentido, nadie le va a preguntar a él y vamos a ver cocinero volando en dirección al agua en menos que canta un gallo. Así que el MasterChef de los mares se aparta y deja que Claire se vaya con su nueva preocupación, encontrar al tal Harry Tompkins que ha delatado a Jamie.
Doctora y detective, estoy a un paso de hacer el remake de Remington Steele |
En el Artemis encontramos a Fergustito enseñando entrepechamen y muñón a su Marsali y contándole el dilema fraseriano que tiene delante. Melopollè está dispuesto a liarla parda y darle el gusto a Jamie con tal de poder estar con Marsali pero ella no se muestra tan contenta ante la probable perspectiva de perderlos a todos y quedarse sola en el barco, sin nadie que la defienda. Ois, qué mona Marsali con Melopollè... Cómo se nota que lo suyo es amor del bueno.
Y calentón del bueno, que no veas cómo me pone cuando le como les morrès |
Pues si vieras cómo se pone le french anacondè... |
¡Aleeeee, al turrón! Melopollè y Marsali se comen hasta el resuello como si no hubiera un mañana y la mano marsalina inicia su incursión hacia las french lowlands (#VivaMarsali #TodasSomosMarsali #EsperamosQueNoTengasLaManoFría) mientras le da unos besarracos por el cuello y podemos ver un tentador lunar en la espalda melopollesca que como se nos pusiera a nosotras a tiro le íbamos a hacer un reconocimiento lengüetil que...
¡Pero que es ahora cuando estamos perracas! |
Pues nada, que por mucho que Marsali le dice que están solos y que por cada acoplamiento bajeril no realizado muere un gatito Melopollè no cede y decide mantenerse fiel a la palabra que le dio a Jamie. Ais, no son de la misma sangre pero Fergus y Jamie son iguales, cabezones, adorafollablemente guapos y fieles a la promesa hecha. ¡Tocará abanicarse un poco para aplacar los calores guarreriles no satisfechos!
A le french anacondè con un abanico no le basta |
Mientras tanto en el Marsopa Claire le pregunta a un exhausto Elias si conoce al dichoso Harry Tompkins, del que obviamente no sabe nada, con ese ir y venir de gente entre muertos y abordajes. Entonces Claire, lanzando un "muajajajajaja" interno le dice a Elias que es importante que el capitán sepa que hay que encontrar a Tompkins porque tal vez sea el segundo foco de infección y por ahí lo tenemos, soltando gérmenes como si no hubiera un mañana.
[Cambiemos de barco, que necesitamos aires maromiales]
Para chicha la que oculta Melopollè (grrrrrrrrrrrrrrrrr) que se dirije a sustraer sutilmente las llaves de la cárcel de Jamie cuando escucha al capitán y a varios de la tripulación mofarse de nuestro highlander y decir que les gustaría meterle a Marsali la minga dominga.
Mi sentido melopollesco os avisa de que no lo hagáis |
[Volvemos a cambiar de barco, no sea que les vaya a salir una secuencia larga que no nos vuelva locas haciendo la review 😒]
Claire está ejerciendo de doctora loca entre frascos de alcohol cuando llegan unos extras, el marinero con frase y Elias con al mismísimo señor Tompkins. ¡Y esperad a verle la cara!
¡NUESTRAS GANAS MARRANAS! |
¡Sorpresa! |
¡Pero si es el tuerto quemaimprentas! Anda que menudo viaje se ha pegado para terminar aquí, ¿no? Resulta que era uno de los remeros del bote que llevó al capitán del Marsopa al Artemis y pudo divisar la estupenda cabellera que los aires marinos le han dejado a Jamie, con lo que ahora también conoce la identidad de Claire. Tompkins debe sentirse más solo que la una porque no le da a Claire ni tiempo de blandir de modo amenazante el serrucho que ha cogido, que se pone el tío a hablar como si fuera el invitado principal del programa de Oprah. Que si pobrecito él, que era un pobre lisiado que recaudaba impuestos para Sir Percival Turner cuando se cruzó con los Fraser sin saber que éstos por donde pasan arrasan. En qué momento se le ocurrió seguir a un esmirriado rubito para acabar descubriendo una conspiración, con media cara llena de plomo y, a pesar de haberle contado hasta el final de Cristal a Sir Percival, exiliado en un barco lleno de gente que parece una fuente por arriba y por abajo.
Claire está muy segura de que con los testimonios del capitán y de Sir Percival no pueden hacer nada contra Jamie pero lo que sí puede joderle un rato la vida a su churri es la orden de prisión por seductora sedición traición y asesinato, más que nada por el mal gusto de obligar a pasar a un calvo su último viaje dentro de un barril de licor de menta.
¿Tanto os costaba meterme en un barril de whisky? ¡Perversos! |
¡Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhh, que descubrieron al calvo! Por mucho que Claire dice que Jamie no lo mató el tuerto le dice que ese muerto ya le ha caído a Jamie y que el capitán lo está arreglando todo para que lo apresen al llegar a Jamaica y acabe colgado cual jamón. Y, no, Claire, ni la confianza ni tu trabajo ni amenazar con cortarle el badajo van a lograr que el capitán del Marsopa deje escapar esta oportunidad de entregar a un traidor y quedar fetén.
Jamie se va preparando. Again. |
Como en pleno océano no hay cobertura para avisar a Jamie, lo único que Claire puede hacer ahora mismo es encerrar a Tompkins con la fuente de todas las diarreas e irse a ver a Annejke, a la que puede contar sus penas en plan monólogo porque no le entiende un pijo.
"Te doy un" y "estás como una" (os completamos la frase) |
Annekje realmente le regala un queso de cabra por haber salvado a su marido (pero nunca dejaremos que la realidad nos estropee una tontería) y Claire le cuenta que ella tiene un marido como el que tiene un tío en Alcalá, que ni tiene tío ni tiene ná, porque necesita avisarle del pisto y dime a mí cómo lo hace. Pero no pasa nada porque Annekje la va a ayudar, que las cabras tienen que pastar.
Tanto estar con las cabras se ha quedado como ellas, la pobre |
[Cambiemos de barco que necesitamos dosis maromial rait nau]
Estoy hecho del material con el que se hacen los sueños... porno |
A estas alturas de capítulo estamos tan caninas de Jamie Fraser que si aparece vestido de lagarterana también nos pone perracas, grrrrrrrrr. Está el pobre hasta el pelo que le rodea el pezoncillo derecho de estar encerrado y se emociona cuando Fergus entra, pensando que Melopollè ha conseguido las llaves de la celda.
Y no es que Fergus no haya podido conseguirla, que esos dedos hacen magia (¿verdad, Marsali?), es que ni siquiera lo ha intentado las escuchar las terribles intenciones de la tripulación. Y precisamente porque Fergus ama a Marsali no piensa dejarla sola por intentar un motín, aunque eso haga que no pueda casarse con ella.
Porque lo amo a usted de un modo que excluye el trincamiento |
Desprendo amor como las plantas esporas |
¡Ven y polinízanos! |
Fergus abandona a Jamie mientras que éste lo llama a voces y justo voces y griterío son los sonidos que ya no escucha Claire que, por primera vez en todo el capítulo, no tiene moribundos en el barco, únicamente marineros durmiendo a pata de palo suelta. ¡Por fin se ha controlado la epidemia!
Pues lo mismo porque la pata de conejo mal no ha venido, ¿verdad, Elias? A todo esto, ¿dónde está Elias? Estará seguro durmiendo una siesta de las de pijama y orinal, que después de tanto ajetreo no hay cuerpecito que resista sin echar un buen sueño a baba suelta.
Un buen sueño voy a echar, sí, pero el sueño eterno |
Pues sí, queridas, Elias estaba que se caía por los rincones porque estaba tifoideo total y Claire no supo verlo con tanto jaleo. Nos invade la pena suprema al ver cómo se va de este mundo el único que merecía la pena de esta tripulación y que pasaba el rato con Claire al desconocer el dicho "quien a uno de los Fraser se arrima, con los pies por delante termina".
Toma, Elias, te la devuelvo ahora que no te sirve de nada |
Y, como soy tu amiga, ahora te voy a hacer el piercing de viaje al otro mundo |
No te voy a decir nada por eso de estar muerto pero creo que se te han ido un poco las puntadas |
De todos modos se están quedando sin agua así que lo mismo al final ni llegan vivos a Jamaica tras tanto dar por Cullen. Claire casi lo prefiere por lo que eso significa para el cuello de Jamie pero Annekje con su sonrisa de haberse fumado un porrito le saca de sus pensamientos cuando le comunica que, al igual que nuestro sentido haggardiano detecta un maromazo en diez kilómetros a la redonda, ella es capaz de oler la tierra antes de avistarla (de verdad, qué gente más rara sale en esta serie).
El teletransporte es en otras series de Ron, querida |
El sentido terrestre de Annekje les avisa de que mañana llegarán a una isla donde podrán conseguir agua y pasto para las cabras. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh, de ahí viene lo de que ella le ayudaría! Y es que, mientras que la tripulación saca agua de vete tú a saber qué sitio, Claire puede ayudar a la señora cabrera en el pastoreo, lo que le brinda una estupenda oportunidad de protagonizar "Haggard a la fuga". ¡Corre, Claire, corre!
Inicio de la fuga de Claire |
Desarrollo de la fuga de Claire |
Desenlace de la fuga de Claire |
Si es que... Por muchas propiedades que la falda de Claire tenga ni va provista de radar anti red coats ni se ha llenado de mierda que la camufle así que la han pillado con el carrito del helado. El capitán del Marsopa será joven pero no se chupa el dedo (que por ahí te entran los tifoides) y muy educadamente le indica a Claire que, si bien le agradece en lo más profundo del tricornio su ayuda, no puede permitir que avise a Jamie y debe comunicar sus crímenes en cuanto lleguen a Jamaica, tal y como su juramento le obliga a hacer.
Voy a pedirle a un inglés que rompa un juramento, tal vez sea más fácil ir a la Luna andando |
Ya puedes ir enfilando el camino, chata |
Obviamente al Marsopa que va de cabeza. Nosotras nos cambiamos de barco porque ya está bien de tanto hablar de Jamie sin que lo veamos. ¿¡Pero qué clase de serie es ésta!? ¡Enseñadnos ya al protagonista!
Vengo con el kit "pechote + extra de roña + gafitas" de regalo |
Jamiepechote con follagafas de cerca, grrrrrrrrrrrrrrr |
Tenemos que reconocer que esa combinación roñafollable abuelil nos perturba pero como necesitamos nuestra ración de Jamie nos encanta igualmente. Encontramos a nuestro highlander mirando las fotos de Brianna (menos la indecente en la que su hija lleva unos cachos de tela que Claire llama bikini, ésa para pasto de vacas) cuando el capitán aparece en desenfoque trasero para decirle a Jamie que van a llegar a tierra (¿será la isla de las cabras que pastan?) y necesita a todos los hombres disponibles. ¿Lo pillas, pelirrojo maravillas?
Lo que necesitas es a los PARFAVAAAARistas que subimos la audiencia |
¡Súbenos la audiencia y bájanos la decencia! |
Jamie ve que también está Marsali, que habla con el capitán diciéndole que Jamie no se va a rebelar si hace que éste le dé su palabra, que estos hombres con los que viaja no rompen su palabra ni aunque ello les cueste tener los cataplines del tamaño del timón por no darles una alegría, ¿verdad Melopollè?
Todos los que lleváis una F en este barco me tenéis hasta los ovarios |
Marsali le dice que dé su palabra de una buena vez para que pueda salir porque a Fergustito le ha costado horrores conseguir ese trato, algo que Jamie piensa que ha hecho por Marsali. Ay, querido Jamie, parece que aún no lo sabes todo del amor...
De amor puede que no sepa todo pero de conocimiento PARFAVAAAARista voy sobrado |
Y así Jamie sale por fin, con el guapo subido, el pechote al viento y la bendición para el matrimonio entre Fergus y Marsali bajo el brazo, que los dos segundos de reflexión que le ha dado Marsali le han servido para reconocer en Fergus un pollo de valía.
We are ready for the demonstration!!!! |
¡Quieto parao que ha hablado un francés que no entra en el diccionario de francés haggardiano! Virgencita del Translate de Google, ¡ayúdanos!
¡Por Dior y Chanel, que morimos de amor! |
Mientras nos salen los corazoncitos por las zonas nobles, en otro barco a una distancia indeterminada se encuentran Claire y Annekje. La alegre cabrera le señala una isla cercana o Nueva York en Navidad, yo qué sé, algo que brilla y le dice que salte, que no se preocupe por el hostión porque con el flotador culero que lleva bajo las enaguas la leche ni la nota. ¡Ojo qué nivel de fuga, que tiene hasta una balsa a su disposición! La clave está en no bajarte de ella como una Rose de Titanic cualquiera (y si ves un maromo algo azulado a la deriva, dale con el pie, que estás harta de decirle que no suba que no cabe). Annekje le da dinero y todo y, ante la reticencia de Claire a dejarse los piños en el salto, le dice que es su última oportunidad para salvar el lindo cuellaco de su marido. Así que fuera falda mágica, fuera refajo, todo en un burruño dentro en la balsa y Claire...
¡Jerónimooooooo, apártate que voy p'abajo! |
A ver si a Claire se le da mejor |
¡Lo que sea por salir de ese barco de una buena vez! Y es que ya se nos estaba poniendo cara de pez de tanto estar en el agua, ¡necesitamos pisar tierra firme y una casa cuyo suelo no se meza! Aunque para eso tendremos que ver cómo se desenvuelve Claire en su versión Aquawoman. ¿Será capaz de sobrevivir al salto de fe y al enredamiento enagüil que va a tener entre las piernas? Nosotras preferimos otras cosas entre las piernas pero no lo vamos a decir, que somos muy finas. ¡A ver si después de tanto ajetreo se nos va a ahogar! Tendremos que esperar una semanita para resolver nuestras dudas y descubrir si, por fin, viviremos el chorrocientos reencuentro fraseriano o seguiremos a la deriva. ¡Os esperamos en la siguiente review!
CONCLUSIONES FINALES
-De verdad, cada vez nos ponen más difícil sacar conclusiones positivas, ¿eh? No ha sido un mal capítulo pero nos vamos cansando de tanta transición. Aún así, nos ha servido para conocer que lo que une a Jamie y a Fergus va más allá de la relación formal que tienen. Hay hijos que quieren menos a sus padres de lo que Melopollè quiere a Jamie y nos ha encantado que nuestro highlander por fin se haya dado cuenta *recojan del suelo a estas haggards tras haber visto cómo Jamie lo llama "mi hijo"*.
-Ha sido un soplo de aire fresco ver a Claire en modo doctora salvadora sin ser una seca/pedante/estirada/tendente a la petardez (no es que lo sea siempre pero no podéis negarnos que cuando saca la licenciatura se eleva por encima del común de los mortales). La hemos visto atenta, afable, siendo una trabajadora incansable por el bien de una tripulación que, recordemos, se la trae bastante al pairo y por estos lares nos ha encantado ese comportamiento.
-Estupenda la aparición de Elias, que ha sido el corazón de la trama del capítulo. Si no llega a ser por él lo mismo estamos echándonos una siestecita en lugar de escribiendo esta review.
-¿Podemos casarnos con Melopollè? ¿Porfa plis? Cuánta adorafollabilidad juntas tiene este muchacho y qué poco lo disfrutamos *ejem*.
-Repetimos: Ron, necesitamos que Jamie se baje del barco pero se lleve el estilista. Esa salida de la celda destilando adorafollable belleza y a teta brisa es digna de una portada de nuestras novelas románticas, grrrrrrr (sí, nos conformamos con bien poquito).
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Queridas Haggards......mil gracias por hacernos más llevadero este capítulo de separación....que estos dos no pueden estar juntos y tranquilos en el camarote del barco....en cuanto los separan hay lio seguro....y aunque en este capítulo nos han racionado el PARFAVARISMO supremo de Jamie hay que agradecer al productor que se acuerde de nosotras y saque a pasear el pechote de Jamie por los fotogramas....
ResponderEliminarQuedan ya sólo 3 capítulos para el final de temporada.....y no hemos dejado de sufrir en ninguna...#Diananotelovoyaperdonarnunca#
Saludos haggardianos...
jajajaja Muy buen post como siempre, me alegráis el día!!!!
ResponderEliminarMe encanto,me rei a gusto en el bus,la señora de al lado mosca. Viva el pecholobo de Jaime,llevaremos como podamos la sequia de otras partes de su body.
ResponderEliminarPensaba que me iba a aburrir con este capítulo al estar nuestra favorite couple separada, pero admito que esa faceta de Claire Doctora On Fire me ha gustado mucho, en especial, la historia del joven Elias.
ResponderEliminarY la imagen más divertida, la de Jamie sexy con gafas de lectura, qué combinación más estraña, jaja !!
Gracias por una nueva review fantástica!
Besos!
No puedo leer vuestras reviews en el transporte público, lo de llorar de risa hace que la gente me mire raro XDDD
ResponderEliminarChicas el cap fue un poco pesado,pero su review mejora todo,creo que outlander y sus reviews van de la mano.me morí con la captura de whatsapp, el del marsopa 😂😂😂.son genias chicas.saludos desde Argentina
ResponderEliminarGracias x su review!!!! Les juro que ahora me cayo mejor el capítulo!!! Ame a Jamie llamando mon fils a Fergus. Eso y Elias lo unico rescatable. Ahora en 3 capítulos hay tanto x poner. Vamos que viene lo mejor!!!
ResponderEliminarQueridas Haggards:
ResponderEliminarEs la primera vez que os escribo, aunque llevo tiempo siguiéndoos. Vuestros comentarios siempre me alegran el día, ¡sois geniales! En el aspecto maromil coincidimos en casi todo: en nuestro amor incondicional por Jamie (forever!) y otras nuevas adquisiciones como lord John y Melopollé, aunque yo sigo siendo muy de Roger, lo reconozco, tengo debilidad por el chiquillo. En casa hasta hemos adoptado algunos de vuestros modismos alocados, como el porfavorismo (y su variante PARFAVAAAR, ¡buenísima!), melofó, la boa, etc.
Espero con ilusión vuestro comentario del capítulo 11, ya me río solo de pensarlo...
¡Besos y reverencias a las mejores!
Queridas mías, gracias por hacer más llevadero un episodio que era más bien sosico. Sacáis cosas hasta de debajo del pelo de Jamie, jajajajajaja!!!!
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