lunes, 25 de enero de 2021

Hemos visto... Bridgerton

¡Sí, queridas, no íbamos a tener un blog de novela romántica en el que nos devoramos estos libros en su día y no hacerle un repaso a la serie! Justo hace un mes que se estrenó en Netflix y teníamos que contaros sí o sí qué nos ha parecido, porque nos callaremos cuando la lentejuela nos deje de brillar. ¡Así que allá vamos con nuestras impresiones sobre BridgertonY, ojo cuidao, porque NO nos ha gustado.


Nos quedamos muertas


Pero SÍ nos ha gustado.


No entendemos ni jota


No es que nos hayamos vuelto ciclotímicas, es que somos dos haggards de una maravillosa presencia física y un cerebro privilegiado pero que no siempre piensan igual y tenía que llegar esta serie para que nos viéramos tal que así 👇.


El visionado haggardiano

Así que aquí nos plantamos, con ganas de fangirlear y hatear con estilazo, y ajustar cuentas con Shonda... o aplaudirle con el xirri, según la haggard que escriba. ¿Coincidiremos en algo o nos tiraremos de los cardados? ¡Sigue leyendo y lo sabrás!


Soy la haggard morena y estos Bridgerton NO me quitan la pena


¡Uy, que no le ha gustado la serie y la va a poner verde!

¡Quietas parás, que os veo venir, así que ahorraos los pedruscos! Que a mí sólo me van los piedrolos que tengan brilli-brilli o los que me lleven a la Escocia del XVIII.

Qué ratos nos has dado a las haggards, Jamie

Dejadme mi trocito para explicarme. Me zampé la serie nada más estrenarse, porque una es una profesional. Una vez terminada, pensé que lo mío, después de varios intentos con series coreanas y turcas, era ya grave siendo esto una cosa enagüil, que es my cup of tea: y es que me quedé igual que estaba. Ni una sonrisa de tonta en la cara, ni sentirme pava todo el día, la semana y el mes. Así ha sido mi primera impresión y así os la cuento. Ojalá mi opinión fuera poner únicamente ÑADKJFÑLSKFJAÑSDJFÑASDJFS y ya. Y para que veáis que me preocupo por vuestra salud mental, había escrito medio en caliente toda una disertación cuasi académica sobre mi relación con las series históricas y de ficción histórica, pero he preferido reposar mucho y ser más justa con Bridgerton y menos coñazo en favor de vuestras neuronas y este blog, que no quiero que se convierta en un tostón tampoco y no volváis por aquí. Sé que venís hoy a visitar este lugar de fungirleo por los AÑDKJÑASDFJKAÑKSDJFÑ. la poesía enagüil y los gifs de buenorros, así que lo dejo para la parte de Kim. Y añado: si bien no encontraréis eso en mi entrada, tampoco habrá aquí "No pienso seguir viéndola" "Estos no son mis Bridgerton", básicamente porque, uno, no me ha espantado tanto y, dos, no tengo en mi cabeza casi nada de estos libros, sólo que Colin debía ser guapo y sigo pensando que han escogido a un zagal feo. Y de esto sí que no me mueve nadie. Que para una serie de época cuyos personajes son inventados y descritos como tiazos van y nos esclafan esto 👇


Mis HOGOS

Y ahora viene mi momento #Confesiones. Estoy en una etapa de crisis lecturil y visual con la romántica (de ahí lo de mi pena, penita, pena). Con el Reto Rita he ido de decepción en decepción y, en cuanto a series, menudos chascos llevo también: el truño supremo de Sanditon (a Andrew Davies no lo reconoce aquí ni su madre) o el quiero y no llego de Belgravia. A pesar de todo, siempre estoy pidiendo que hagan series de novelas enagüiles de autoras contemporáneas (#FloresEnLaTormentaMiniserieYA) y dejen en paz a las de siempre (Austen, Brontë, Alcott), porque material de sobra hay, así que el anuncio de Bridgerton cayó como agua de mayo en mí. Bravo por atreverse con romántica histórica (Passionflix sólo le da a la contemporánea, la muy petarda). Pero conforme iba viendo los adelantos y el cariz que estaba tomando la cosa, mi morro se iba torciendo más, y más se me torcía conociendo los antecedentes de Netflix con su Anne with an E: agarro un personaje o una serie de libros muy conocida y hago MI serie. Aunque he de decir que no la han cagado tantísimo como con ese engendro del averno, menos mal.


Tus lágrimas no me conmueven, petarda

Como he dicho antes, no recuerdo apenas nada de las novelas,  así que voy a hacer mi post sobre Bridgerton más como producción televisiva y que como adaptación mejor o peor de los libros. Aunque, claro está, no es lo mismo una serie totalmente original que una que viene respaldada por una obra literaria. En el caso de la Quinn, es ideal para Netflix según todas las fans de la autora: es enagüismo divertido, sin pretensiones, no hay que tomarla en serio y blablablá (posiblemente sea yo la que más en serio se toma las cosas, no tengo remedio). El problema está en pasarse de nadismo en su traslado a la pantalla, porque que sean novelas ligeritas y más divertidas que dramáticas, no quita para que tengan buenos personajes y diálogos sustanciosos. A veces se confunde comedia con algo sin importancia y, para mí, es todo lo contrario, porque es más difícil hacer reír que llorar. ¿En qué me ha chirriado Bridgerton? En lo que se considera en general su gran virtud y que le reconozco: la producción bestial. Pero es que, cual abuelito de Parque Jurásico, no para de decirnos todo el rato "¡No reparamos en gastos!" y nos deslumbra y atonta con su aparatosidad, esto es, nos recuerda la cantidad de billetes que han metido en la producción (vestuario, joyerío, zapaterío, musiquerío y localizaciones) y no les ha sobrado demasiado para un guion mejor (ojo, no digo algo sesudo, sino mejor hecho para lo que cuenta). Esto, en vez de hacerme sumergirme y disfrutar, me ha sacado un poco de la serie. Lo mismo me equivoco, pero dejarse todo el presupuesto en forma puede perpetuar el prejuicio existente con la novela romántica en cuanto a que es literatura de segunda. Si nosotras mismas como espectadoras decimos que es "una serie de época para las que no nos gustan las series de época" (entiendo que a algunas las producciones tipo BBC les parecen aburridísimas, y mira que hay salseos ahí, pero bueno), "mamarracheo" y hasta "mierda que engancha", pues me vais a perdonar, pero estos términos no tienen sentido positivo para mí, por muchas cosas de ese tipo que me haya echado al cuerpo (sinceramente no me ha parecido una serie mamarracha o de placer culpable, que es lo que entiendo por mamarracho en mi vocabulario). No es ése el concepto de serie-nadismo ligero que esperaba. No todo va a ser la seriedad de la BBC o ITV, ni falta que le hace (las novelas de Julia Quinn no pegan en el estilo de estas productoras), pero si es así como van a hacer las cosas a partir de ahora, con ésta me basta. No me gustaría ver como una copia de esta serie Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, de Sarah MacLean, por poner un ejemplo de romántica de época con toques divertidos y que me parece tan estupenda como una seria Kinsale en Sombra y Estrella. Para mí, this is not the way para todas las series de época por muy nadistas que sean. 


Lo será pa ti


Pero si Bridgerton es la puerta para que se hagan más series de Regencia y similares basadas en novelas enagüiles de autoras de nuestro siglo, fantástico, aplaudo con las orejas y que se animen. Ahora, porque hayan tenido por fin esa idea tampoco voy a decirle sí a todo lo que veo, como no se lo digo ni a la sacrosanta Outlander. Pero que yo puedo cantar misa y esto es hablar por hablar, que las harán como les salga de ahí y para que les dé público y beneficios. Y servidora las verá levantando más o menos la ceja, porque pocas oportunidades de echarse al cuerpo algo así hay. A las megafans desde el minuto uno que se han dejado llevar sin darle al coco, felicidades y me alegro un huevo por vosotras, en serio. Gracias a Dior, y como he dicho antes, estos libros a mí plin, no son mis favoritos de romántica, de la primera no recordaba nada de nada (ni la polémica escena de la que tanto se habla). De las otras, lo justo y general. Por eso no me indigna como adaptación (Shonda, no te acerques al a Kleypas, eso sí te lo digo; tú adapta a la Maxwell si eso, que de licencias va servida ya 👿), sino que me ha decepcionado un poco como serie (me aburrí a partir de la boda 😬). Lo de las moderneces de meter diversidad racial (que no hacía falta explicar, porque queda peor y parece que estemos viendo una ucronía) me la paso por el cardado y en ese tema no voy a entrar, porque es lo menos importante al final, que era pasármelo bien y estar pegando botes en el sofá, darle p'atrás y p'alante, ver y requetever escenas y/o capítulos y eso es lo que no me ha pasado. POR ESO LLORO MUCHO. No es lo que mi crisis enagüil necesitaba, no sé si en un segundo visionado mejoraría mi percepción. Estoy pendiente de hacerlo y tengo el presentimiento de que, si bien seguiré sin volverme loca, la aceptaré con sus pros y contras.


¡Quiero fungirlear!

Y después de todo este rollazo, voy a decir lo que sí y lo que no de la serie en mi (no) humilde opinión:


SÍ (con algún pero): 


-Compro casi todo si fuera producto original. Un invent total que se sacan cuatro mentes de guionistas de la manga y hacen una zarzuela de marisco sin más objetivo que llenarnos el estómago y que pasemos el rato y a otra cosa, mariposa. No voy a insistir en lo dicho más arriba: si tienes una base decente, cambia para mejorar, pero no obvies buenos diálogos por meter rollos y/o personajes que no interesan o alargues hasta aburrir.

-Anthony. Es el que más me da el pego de lord inglés, me quedo con sus patillacas, el pelazo sin tupé exagerado y su pechote. El que más cómodo veo con cravat y levita. Ahora, por ahí dicen que ese cabrón que vemos en la serie no es el Anthony original. A mí un poco gordo me ha caído. Repito que no recuerdo mucho.

-Benedict. Aunque sigo pensando que parece más viejo que Anthony, en acción me ha gustado y sus caras de circunstancia tienen gracia (el momento "Baila con tu hermana" me sacó una carcajada). También le sienta bien el atuendo de época.

-Eloise. Es el personaje pensado para gustar sí o sí. Bien en general, aunque pelín exagerado: le pongo algún que otro pero y es de las que más disfrazada y "actual" me parece de todo el reparto principal. Creo que la están convirtiendo en la Arya Stark de los Bridgerton demasiado rápido por el fan service.

-Mamá Bridgerton. Me gusta cómo lo hace y da el pego de mamá osa.

-Penélope. A la actriz la conocía de Derry girls, donde es una auténtica fistra y no las tenía todas conmigo. Me ha convencido y he de decir que me hacen más tilín sus caras cuando ve a Colin que las de Daphne observando el lengüeteo ducal a la cuchara por muy guarrer que sea. Que me la creo más, vaya. Es lo mejor de la serie, porque #TodasHemosSidoPenelope.

-El resto de las Featherington. En serio, el cartel de las hermanas era EL HORROR. Vale, la madre las viste como el culo, pero reconoced que parece un casting para ninots de las fallas de Valencia. Eran las de la discoteca de Amor ciego. Las afean adrede y eso no es atractivo de cara a un público que no sabe de qué va la cosa. Es algo esperpéntico que luego no vemos tan exagerado en la serie. ¿La madre era tan arpía o es otro invento? Pregunto. En la serie todas mejor que en fotos.

-Abrir ya las siguientes tramas. De maneras más o menos discutibles y/o acertadas.

-La voz de Julie Andrews. No hay nada más que añadir.

-La luminosidad que le da un aire de optimismo, aunque se han pasado de foco a veces.

-La abejita pululando. Un buen guiño a las lectoras. Fíjate que justo la del final sí me hizo como cosquillitas.


NO


-La promoción previa: como digo a propósito de las Featherington, las fotos horrendas y algunos vídeos han sido lo peor y he de reconocer que me predispusieron mucho para mal, parecía que iba a ser todo joseluismorenesco, excesivo y demasiado coreografiado (que se lleva mucho ahora, véase la última Emma) y luego no lo es tanto. Conforme avanzan los capítulos, el estruendo visual es cada vez menor o una se va acostumbrando, aunque no deja de percibirlo. Pero no gana en sustancia tampoco. Sí, pido sustancia a Julia Quinn. Le pido la que tiene y creo que aquí falta por poca que sea. 

-Colin: lo siento, pero no me transmite nada de nada y sigo pensando que es feo. A ver: acepto pulpo como animal de compañía si hubiera visto gracia y salero por muy ojos como puñalás en un tomate y cara de zampabollos que tenga, pero no ha sido así. Benedict habrá tenido más o menos los mismos minutos en pantalla y le he visto chispa. Como Colin siga así, mal vamos, porque Penelope es fantástica.

-El duque: sí, guapísimo, musculadísimo y todo lo que tú quieras. Pero de ahí conmigo no ha pasado y es posible que sea una de las claves de mi decepción esta primera temporada. No me ha convencido ni su personaje ni el actor. Ni su ceja. 


Si eso lo inventé yo, querido

-Lo burdo de la presentación de Anthony. Que lo ponen como el típico lord pichabrava y libertino, de acuerdo. Pero por Dior, ¿culeando contra un árbol? ¿No podían ponerlo en una situación menos ridícula? ¿O es para que veamos que esto no es serio? Puedes no serlo y ser menos burro... #RanciedadAlert

-El relleno que meten con cosas como lo del pintor gay o el boxeador. Ya me temía que Benedict le diera a todo aunque fuera por probar. Supongo que lo del pintor es para, además de sacar el artista que Benedict lleva dentro, mostrar la hipocresía de la sociedad europea (me meo yo en estas lecciones que nos dan los estadounidenses, jajajaa). Lo del boxeador, como no sea una excusa para sacar al duque mostrando cacho... Otros rellenos pueden aguantarse por aquello de iniciar ya las tramas del resto de los hermanos Bridgerton (pero Marina aburreeeee, pfffff).

-LA REINA DE LOS COJONES. Cara de estreñimiento, minutos que no merece, pretensión de ser un personaje con ironía y humor a lo Maggie Smith... es como Jar Jar Binks, un estorbo. No me vale lo de el rollo con Lady Whistledown. Cada vez que salía pensaba en la guillotina. 



-El drama un tanto innecesario o metido con calzador. ¿No estamos de coña? El salseo se puede hacer sin estos contrastes que, además, no son el estilo de la autora de referencia.

-El sexo (soy una rancia, que a estas alturas ya deberíais saberlo). Creo que últimamente hay una confusión entre sexy y sexo en muchas series. Que sí, todas deseábamos ver el trocotró entre Daphne y Simon, pero a mí me ha sobrado lo de después (y vaya escenas más "aquí te pillo aquí te mato"). Parece que entre ellos sólo hay ganas de darle 24/7 y nada más. La supuesta complicidad de antes se queda en nada para darle al fornicio. Hubiera preferido más tonteo previo y menos gente en bolas. Y luego lo del pintor y la peña en plan orgía por ahí dándole a todo. Espera, que sois unos modernos por eso y me escandalizo muchoNO. SPOILER: también soy la haggard rancia en nuestro blog de novelas románticas. Cuando me ponen el follisqueo repetitivo y/o con calzador paso las páginas.

-No he conseguido sumergirme del todo en lo que veía. Si habré visionado yo mierdas imposibles de tragar, pero al final me han atrapado en su universo y me he dejado llevar (que he visto tíos con tricornio de la Guardia Civil en el Renacimiento y a María de Escocia bailando Love me like I do ataviada de un traje de Pronovias Fiesta, por poner un ejemplo). Aquí se ha impuesto en mi cabeza sobre la trama ver gente moderna actuando (en el sentido actoral, no de comportamiento de los personajes) como si estuvieran en una serie de ahora, pero más o menos disfrazados de la época de la Regencia. Será esto lo que llaman "serie fresca". Y lo que menos me he creído es la historia principal (¿será que esta novela es más floja que otras de la saga?), no he percibido química entre los actores y me ha pasado algo extraño: me ha dado cosica esa pareja. Me explico: él tiene pinta de no poder cerrar las piernas con lo que debe de llevar ahí en medio (sólo hay que ver la cara de Daphne cuando le ve en bolas) y ella parece una cría de quince años, y más con el flequillito. Es una pareja como muy dispar físicamente: una adolescente con un hombretón. Será que soy muy haggard y prefiero ver mujeres más "hechas" en escenas guarreriles. Es como si Claire Fraser se beneficiara a un Jamie con pinta de Ian Murray. Que no. 


Sumergiéndome en los Bridgerton

CONCLUSIÓN: pasa con esta serie como en muchos libros en los que la portada es un mezclete de colorinchi divertido y llamativo pero, si rascas, el contenido o, más bien, cómo te lo cuentan es algo muy superficial. Ojo, que no todo debe ser sesudo y a esto no le hace falta, pero creo que aquí se han pasado con lo estético y el conjunto está poco equilibrado, porque el guion podría haber sido muchísimo mejor y la historia de Daphne y el duque haber estado mejor contada. A veces, lo que funciona leído (levantando la ceja, no os lo niego) no lo hace tanto en imágenes porque te lo crees menos. Ahí debe estar la buena labor de los guionistas y creo que ha sido fallida en ocasiones. Se han quedado muy en la superficie y, en vez de dar más peso a ciertas tramas o personajes, han hecho un batiburrillo cómico-dramático que espero vaya mejorando. Me ha espantado menos de lo que esperaba y divertido menos de lo que podría haberlo hecho con otro enfoque, porque creo que le he visto demasiado las costuras, esto es, las pretensiones de deslumbrar (que me parece muy legítimo) y ser transgresores en una serie de época frente a las producciones más "clásicas", y como si sólo fuera el objetivo principal: sexo más o menos explícito, vestuario colorido y raruno, música moderna en los bailes, desnudos... ¡Pero si eso está ya inventado! Penica por no poder fangirlear como las locas, pero es lo que hay, ya quisiera yo. Me parece que esta serie me ha pillado con el pie cambiado, con otras necesidades (el cuerpo me pedía caviar y no hamburguesa) y no ha sido el mejor momento para verla posiblemente, pero esto es cosa mía (sí, soy humana aunque no lo parezca). Sabéis que estas cosas ocurren también con los libros: lees uno que a todo el mundo le apasiona y a ti te deja igual y te preguntas por qué. Creo que en la segunda me lo voy a pasar mucho mejor, ya que voy con otros ánimos sabiendo que puede suceder cualquier cosa y obviando las estridencias (que me parece que van a ir a menos). Haré como con The Tudors: superar lo que no me ha gustado o convencido y disfrutar de la historia, porque vienen otras tramas que, según recuerdo, me interesan más. Espero que no se les vaya demasiado la olla y metan morcillas como para alimentar a un regimiento ni se pasen de drama. Y no me venga nadie con un "pues no la veas" y amables recomendaciones de este tipo PORQUE ESTA HAGGARD SE VA A TRAGAR LA SERIE ENTERA y decir lo que le sale del cardado, hombre ya. Iré con mente abierta y dispuesta a pasarlo bien. La esperanza es lo último que se pierde y deseo disfrutar más próximamente con las historias de Anthony, Benedict y Colin a pesar de que este último no me guste de momento (y temo que no cambiaré de opinión en lo físico, ojalá que sí en la personalidad). 


Ya podéis aplastarme si queréis

Soy la haggard rubia y estos Bridgerton SÍ me piticlinean la alubia


 [Las cosas que escribe una por colar una rima..]


Te voy a contar, querida lectora, la historia de una amiga mía. Érase una vez una mujer jovial con cardado de tamaño sideral que estaba harta de la vida en general. Harta de las mascarillas, de la lejía, de no encontrar un libro que le gustara... HAR-TA. Y entonces, de repente, le llegan fotos de una fantasía enagüil. "¡Madre de Dior, son los Bridgerton made in Shondaland! ¡Si ya no me acordaba de ellos!", se dijo. Miraba la chica con recelo el tupé de su adorado Colin, que casi rivalizaba con el de ella en tamaño y capacidad de esconder cosas. "Ay, Diorcito, no sé yo si mi frágil corazón podrá soportar esa adaptación, ¡que el covidismo me ha dejado debilitada de cuerpo y espíritu!", se lamentaba la esbelta dama. Pero luego vio colorinchis penelopianos.


Colorinchis en los ropajes, ganas de refrote en carruajes
¡Colorines a mí!


Y luego vio mágicas imágenes.


Te recuesto un poco y la teta te toco
¡Las imágenes de ensueño me sulibeyan!


Y luego vio esto.


Somos los Bridgerton, para servirle a Dior y a usted
¡Mi corazón de lectora romántica no puede con la vida!

Y esto.


El ojo te he guiñado y, de paso, te he preñado
¡¡Rake enagüil patillado, mi corazón desbocado!!

Y esto.


Asomo pechote y te tengo en el bote
Venga, hasta luegooooooo

Y llegaron el día de Navidad, el diamante de la temporada, los hermanos que se tiran cosas en la mesa, el hermano mayor que se tira otra cosa, los secretos, los vestidos, los ajkfghajksdgfajhkasdf en los jardines, ¡las lunas de miel con ganas de trincarse hasta en la despensa! Y mi amiga, esa joven y bella rubia, se descubrió sonriendo de oreja a oreja con cada minuto de serie que veía y, de repente, se dio cuenta de que esa oscura época era un poco más alegre ya que, por unas horas, había vivido feliz en el nadismo audiovisual que los Bridgerton prometían y dieron con creces.


Chorprecha


¡Sí, queridas, ya vengo yo con el xixi dando palmas después de haberme rebozado cual cochino en charca por lo bien que me lo he pasado viendo Bridgerton!


Dramatización de Kim viendo la serie


¡Porque la vida de esta haggard no tiene sentido si no le ve a todo el lado fungirlista! Y ya me dirás tú a mí, amiga, qué mayor placer puede encontrar una lectora de novela romántica que ver una de las sagas más famosas de este género literario bien adaptada a otro formato.


Eso de bien adaptada lo dirás tú


Pues por supuesto que lo digo yo. Para una opinión distinta, ya sabéis, scroll para arriba y os volvéis a leer a Cassie. A mí me ha parecido una adaptación estupenda y mis bajos lo celebran. Con sus cosas, obviamente, pero ya sea porque me esperaba a los jinetes del Apocalipsis paseando por Mayfair o porque estaba que se me saltaban lagrimillas de la emoción al ver a los Bridgerton en pantalla, pero me ha parecido muchísimo mejor y más apegada a la esencia de los libros de lo que esperaba. Es cierto que no creo que mi corazón lector y adorador de Colin se vaya a recuperar no solo de que me pusieran un actor de belleza cuestionable para mi gusto, sino de que le quitaran el carisma desintegrabragas de los libros, pero una ya tiene el culo pelado de ver adaptaciones y, sinceramente, habiendo visto algunas que se parecen al material original como un huevo a una castaña, no iba a dejar que esa clase de cosas me impidieran disfrutar de una serie que tenía muchísimas ganas de ver, a pesar de temerle más que a un nublao tras saber que Shonda Rhimes iba a poner sus manos sobre ella.


Ya veía yo a Francesca a lo Lobotomía de Grey


(Ay, que se me cuelan los wishful thinkings, jijiji)


Sinceramente, teniendo en cuenta que los libros en los que se basa la serie son un puro nadismo enagüil que no busca otra cosa que entretenerte a base de risas y de folleteo, eso era justo lo que esperaba encontrar, por eso no hay decepción en este cuerpecito haggardiano, sino alegría a raudales. Ya sé que no es Jane Austen ni el Orgullo y prejuicio de la BBC, pero, chica, ¡ni falta que hace! Ahí tienes desde hace siglos a Jane y a las Brontë, por ejemplo, esperando a que las lean (por no hablar de las tropecientas adaptaciones audiovisuales que se les han hecho). Los Bridgerton de Julia Quinn ni son Austen ni pretenden serlo, y eso es justo lo que más valoro de esta serie, que no solo no reniega de su origen sino que se lanza a sus brazos para adaptarlo sin pudor. Además, ¡que los libros son más simples que el mecanismo de un chupete! Querer sacarle sustancia a estas historias es como chupar gotelé pensando que va a saber a lomo ibérico. Hay otras enaguas más realistas, más apegadas a la época histórica en la que de desarrollan, otras historias más fuertes y tremendas que se te enganchan a corazón. ¡Y ojalá las adapten y lo hagan bien! No toda la romántica es Julia Quinn ni mucho menos (de hecho, no es una de mis autoras favoritas), así que ya es momento de que se mire hacia ese género y se descubran las maravillas que nos ha dado. Porque la adaptación de Bridgerton no es una oportunidad perdida para adaptar romántica enagüil, es una oportunidad bien aprovechada. La serie, guste o no, es un exitazo que está haciendo que mucha gente gire la vista hacia esa clase de romántica y la descubra, lo que puede hacer que, tras Julia Quinn, lleguen Tessa Dare, Sarah McLean o, diorcito lo quiera, Lisa Kleypas, por ejemplo. Así que ya solo por eso yo celebro que hayan sido Shonda, que tiene tanto peso en lo audiovisual estadounidense que puede permitirse hacer lo que le salga del moño, y Netflix, que es la plataforma de streaming que parte la pana, los que se hayan atrevido a adaptarla.


La Quinn echando cuentas de la pastuza que le van a dar estos


Y encima van y te la estrenan en Navidad, cuando estás pasando un año de 💩, probablemente encerrado en tu casa (MAL) y sin tu cuñado dando por saco por una vez (BIEN), ¡no se puede tener mejor vista! Porque algunas estábamos esperando el día del estreno como agua de mayo, pero la mayoría de gente que se ha quedado con el culo torcío y los bajos alegres con ella la empezó a ver porque Netflix la ha vendido muy bien, con su estética colorinchi y alegre, su estupenda fotografía, su musicote modenno viejunizado y sus promesas de revolcones en los jardines y de desconexiones cerebrales. ¡Unas alegrías de esta clase no se pueden rechazar! Y si viene una reina con tocados en los que se puede esconder la mitad de su séquito, yo no le hago ni caso y prefiero centrarme en alabar la inteligencia de la maravillosa Lady Danbury.


Más reina que nadie y sin necesidad de ovni capilar

Y si, a pesar de entender el porqué de Colin y Marina, retuerzo morrete sin remedio, miro para otro lado y me lanzo en brazos de mi pareja favorita de la serie.

Las verdaderas joyas de la temporada

Y si se inventan cosas para que tres cuartas partes de los personajes no se pasen media serie como muñecos de cera viendo a los protas refrotarse, pues una se mete en sus historias y se deja llevar, porque aquí no se ha dado puntada sin hilo para que todo cuadre en las siguientes temporadas y porque en peores plazas he toreado y mayores inventos me he zampado con más cabreantes resultados (mecagoenlacabeza del que metió mano en el tramo final del Poldark de mi Aidan buenorraco). Y así os digo que sí, me ha encantado Bridgerton. Sí, me parece una adaptación estupenda que respeta el espíritu general de la saga completa y que, a pesar de adaptar el primer libro en esta temporada, ha perfilado a los personajes según las principales características de su propio libro e introduciendo pequeños detalles que enlazarán con su historia, haciendo así un retrato más completo de todos ellos. Y sí, mi adorado Colin (a pesar de ser más como en su libro y menos como en el resto) ha perdido su carisma, pero esto no son los libros, esto es otro formato y, por tanto, algo distinto, y esta haggard no se alimenta de colines 😏 sino de verduras, y aquí hemos encontrado pisto de calidad suprema.


El duque palote es de calabacín grandote
Dame vizconde en vena, que es de berenjena buena
Y si me das el pack de noblerío, nos montamos un buen trío
Que el milagrito nos pille calentando


Por Dior, ¡qué maravilla de maromos! ¡Yo con estos dos ya tengo para pasar calentita los efectos de Filomena! ¿¡¿Pero tú los has visto bien, chica?!?


Rechupeteo enagüil...
...trocotreo sin fin
Palotil pornomirada...
...morreada y bien trincada
Kim va delante, sus deshidrataciones detrás

Para efecto invernadero el que se desata en mi bajerío viendo a estos dos en acción 🔥🔥🔥🔥🔥. Llámame superficial si quieres pero a mí el maromaje me encanta en la romántica y en su traslación a lo audiovisual, exactamente lo mismo. Aunque no solo de Simon y Anthony vive esta serie, ya que Benedict tiene encanto, además de un pintor en el corazón y una brocha gorda en otro sitio, y Colin... es muy majo.


Acabaré gustándote, Kim, a Dior pongo por testigo
Esperaré sentada


No nos hemos visto en otra a nivel de adaptaciones de romántica. Y no, no me olvido de Outlander (¡parfavaaaaaaaaar, cómo me voy a olvidar yo precisamente, que he tenido dieta de Jamie Fraser durante meses!), pero tú y yo sabemos que ahí serie y libros acaban tirando más por la ciencia ficción y el componente histórico que por el romantiqueo. Y no, tampoco me olvido de Un lugar para soñar, pero ahí son más importantes los pistos del pueblito encantador y las historias de sus peculiares habitantes que las historias de amor. Por regla general, cuando se adapta una novela romántica, se hace minimizando lo romántico y dando más protagonismo a otra cosa. Sin embargo, los Bridgerton audiovisuales no ocultan que adaptan una novela romántica ni se avergüenzan de ello. Si la novela romántica en cuestión es un nadismo en el que no se tocan temas importantes, es problema de la novela, no de la serie. Aquí no importa la fruta realidad o que tuerzas la esquina y te encuentres un unicornio (que podría ser una de las Featherington perfectamente), lo que importa es lo mismo que en la novela, que la damisela guapetona, hija mayor de una familia enagüil de buena posición y fama, encuentre marido y tenga hijos tras darle a los placeres guarreriles con deleite y fruición. Y madre mía si lo consigue...


Sufrires precisamente no está pasando


¿Y es que las demás no lo haríamos en su lugar? ¡Una y mil veces! Sabemos a que a Daphne el duque le levanta la ceja y se le alegra la almeja, y es un deleite para todo tu cuerpo ver que, una vez superados los desconocimientos bajeriles de las mujeres de la época, le da al zambombeo con el duque palote cada dos por tres, seis, por cuatro, veinticuatro, túmbate en el césped, que te la meto un rato.


Y rato largo cual 🐍 maromial


Aunque ya sabéis que yo, personalmente, he tenido serios problemas de control de braguerío no únicamente por los brazacos y el resto del cuerpo serrano ducal, sino por cierto vizconde con patillas que me ha hecho temblar las canillas.


Donde pongo el ojo, refroto el matojo
Mis habilidades y yo te estaremos esperando la temporada que viene


Para mí ha sido un gustazo encontrar, por fin, una historia de romántica enagüil bien adaptada a otro formato, sin renegar de su origen ni cortarse un pelo a la hora de contarnos los mismos nadismos que nos cuentan las novelas, secretos, amores imposibles, desconocimientos guarreriles y follardines maromos. Claro que hay cosas de los libros que se han perdido por el camino (determinados diálogos que 😂 y 😍, el encanto de mi Colin...), pero también se han mejorado otras en las que El duque y yo es flójer flójer. Además, es muy refrescante ver unas enaguas modennas que no huelan a naftalina en pantalla, ya que hay modernidades y comportamientos anacrónicos pero a la primera a la que se la pela meter esos comportamientos en sus novelas es a la propia Julia Quinn, así que lo raro sería no verlos en su adaptación audiovisual. Los Bridgerton televisivos son una pura fantasía, una estupenda serie escapista y nadista llena de amor, guarrerismo y secretos que ha superado todas las expectativas más optimistas que tenía. Claro que se podría haber hecho de otro modo pero, si yo tuviera ruedas, sería una bicicleta y no una haggard, y los Bridgerton, con más profundidad y más exactitud histórica, también serían otra cosa y no la ligera y escapista adaptación de la saga literaria que ha logrado ser. ¡Simon arderá por Daphne pero a mí me arden ya las ganas de ver al vizconde patillesco luchar a cara de perro al Pall Mall! Y a otras cosas...


Kim aireándose para no combustionar antes de tiempo


¡Así que, ya veis, para gustos, colores y cardados haggardianos! Habrán gustado más o menos pero lo que está claro es que estos Bridgerton han conseguido que se hable (y mucho) de ellos, y eso seguro que beneficia al género, además de al bolsillo de Julia Quinn. ¡Y, por el camino, han conseguido que tengamos uno de nuestros pocos desencuentros y, gracias a él, nos hayamos inventado un nuevo post fungirlista para darle vidilla al blog! ¡La romántica lo puede todo! 


¡Dos haggards, dos opiniones, un brillantoso abanico de emociones!

¿Cuál es la tuya?


***
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DAME AMOR Y COMPÁRTEME, QUERIDA
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