¡Bienvenidas de nuevo por estos lares! Con la torrija aún medio atravesada (ya podéis ver cuándo empecé a escribir esto, pfff), retomamos las reviews a destiempo de Outlander, con la esperanza de que vengan tiempos mejoresJAJAJAJAJAJAJA. Mira, la única esperanza que albergamos es la de conservar a todos los Fraser vivos y preferiblemente sin pérdidas de extremidades o adición de violaciones al contador, porque esperar que haya menos sufrisión es como esperar que las haggards perdamos el glamur 😂. ¿Estáis preparadas para un nuevo episodio? ¡Pues allá vamos!
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Reacción haggardiana ante otro nuevo retrospecter |
Pero vamos a ver, ¿¡¿es que después de tantas temporadas con más saltos en el tiempo que Marty Mcfly todavía nos han quedado cosas por saber del pasado?!? ¡Es que me mato rait nau! Pues espera, Mari, que todavía no conoces lo mejor de este viaje al pasado...
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Enciende, que no veo un pijo |
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La misma cara de pasmo tengo |
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¡El Mark Me himself! |
Pues ahí lo tenemos, el Mark Me en carne y recuerdo huyendo de Escocia disfrazado de doña Rogelia. ¿Nos interesa? Pues básicamente una mierda pero es que, por una vez, no nos vamos a centrar en él sino en la moza que le acompaña y le ayuda a escapar.
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Vengo iluminada de serie porque aquí la importante soy yo |
¿Por qué importa ella más que el Mark Me? Porque bastante nos dio por Cullen el pesado del Bonnie Prince como para tener que aguantarlo más lo dicen los guionistas de Outlander. Por ahora nos basta con saber que ella, de nombre Flora MacDonald, y el señor random que acompañan al Mark Me lo han vestido de doña Rogelia para ayudarle a huir a Francia y que, aunque casi les pillan los ingleses con el carrito del helado, el jodío lograr escapar.
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No puedo despedirme sin repetir la frase que tanto disfrutáis |
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Mark me tu madre, plasta |
Vamos a limpiar nuestra mente con la intro y regresar al disfrutón presente, donde seguro que estamos al borde de una nueva catástrofe.
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No hay momento desastroso si en pantalla está este hombre hermoso |
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Esta reseñadora ahora mismo |
¡¡Lord John!! ¡¡¿Pero qué pintas tú aquí?!? Bueno, qué más da, ¡bienvenido seas a nuestros ojos ya que no puede ser a nuestros bajos! Anda, mira, justo lo mismo que piensa él de Jamie cada vez que lo ve. Y justo de él está hablando con el gobernador, el cual le está leyendo a Lord John la carta de renuncia de Jamie a su puesto de agente indio. Que debido a convicciones personales, dice... Eso suena tanto a renuncia como a rebelión pero nuestro John, acojonado ante la posible visión de un Jamie rebelde way, le dice que es renuncia, renuncia, imposible que sea de otro modo (ais). El gobernador le cuenta a John que menudo pisto tienen entre manos como Jamie, un coronel en la lucha contra los reguladores y con una milicia a su cargo, llegue a cambiar de bando, así que le pide que vaya a ver a su amigo y averigüe con quién reside su lealtad.
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Con su mujer, ya se lo digo |
Pues con ella nos vamos, que está en Wilmington con Jamie. Este le dice que Cornelius Harnett le ha invitado a una cervecita para brindar por el Rey y la nación. A nosotras esto nos dejaría indiferente si no fuera porque todas sabemos, al igual que Claire y Jamie, que Harnett fue uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, así que eso de brindar por el Rey tiene más guasa que un chiste de Chiquito. El caso es que no están ahí para el bebercio (aunque un buen escocés se acerca a uno porque lo huele a kilómetros) sino para una fiestuqui con Flora MacDonald, la señora que doñarrogelizó al Mark Me y que, por lo visto, es amiga de la infancia de Jamie. Jamie, el Forrest Gump de las Highlands, que en todos los ajos está y a todo el mundo conoce. Por lo visto Flora es toda una celebridad y le van a dar una recepción que Melopollè se va a perder, ya que la tía Joqui se aburría en su casa y ha decidido meter baza en la vida de los Fraser, agenciándose una imprenta y poniéndole a Melopollè en la punta de los dedos la posibilidad de llevarla él. ¡Minipunto para la Joqui por ver el capítulo anterior y quedarse con la copla de que el muchacho tenía el cuerpo para tinta y tipos! Lo malo es que la imprenta está en New Bern y nos quedamos sin Melopollè y los pollitos. En fin, que volvamos a Flora, cuya imagen Claire recuerda ver de pequeña en las cajas de galletas. Como sabe que esta serie también la ve gente que no conoce la Historia (no se refiere a nosotras ni a vosotras, por supuesto) nos ilumina diciendo que la imagen de ella con el Mark Me en la barquita se convirtió en un símbolo de rebeldía escocesa. Pero ojo cuidao que hoy no va a hablar como rebelde escocesa sino en nombre de la Corona ante los súbditos británicos (escoceses) de esta, siendo una de ellas la Joqui.
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Nosotras no enterándonos de una mierda |
Pues nada, chica, que los antiguos rebeldes jacobitas ahora están all in con el Rey porque están en un sitio nuevo donde han podido forjarse una nueva vida y tienen posesiones que no quieren perder. Jamie lo tiene claro y sabe que no lucharán por el sueño de la independencia porque ya lo hicieron una vez y perdieron. De hecho, hasta Jamie seguiría siendo fiel a la Corona si no fuera por lo que las Neutrex de su mujer y su hija le han contado. Y con estas alegrías para el cuerpo nos vamos a tomar esa cañita con Cornelius, que le recibe con un brindis al Rey.
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A mí no me pillas ni corriendo, chaval |
Como Jamie sabe latín y latinajo, se da cuenta rápidamente de que ese señor que brinda es el dichoso Cornelius Harnett, al que ha delatado la expresión de asco que ponía su acompañante en el momento de brindar. Total, que se quedan solos para charlar y Jamie le comenta sobre su comité de correspondencia y su impresionante grupo de pensadores, cuyas cartas son un deleite para la vista. Por su parte, Cornelius sabe lo que hizo Jamie en el capítulo siete de la temporada anterior, cuando le tira la casaca roja a Tryon y le dijo cuatro cosas bien dichas. Obviamente, el señor este sabe que es arriesgado ir a buscar a Jamie pero antes de compartir su plan con alguien necesita mirarle a los ojos.
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A ver, mírame a los ojos y dime una verdad |
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Que tienes al fandom con los bajos al aire |
A Lord John también los tienes así pero este señor solo ve a alguien audaz y dispuesto a hacer preguntas. Jamie le dice que un hombre debe cuestionarse sus propios motivos y que a él lo que le motiva es hacer lo correcto por su conciencia (porque date cuenta amiga de lo que sería eso si le dice que cambia de bando porque su mujer viaja en el tiempo y le ha contado el futuro...). Pero espera que Jamie no necesita mirar a los ojos a Cornelius para saber de qué pie cojea, con mirarle al anillo ya sabe lo que tiene que hacer...
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Si masón tú eres, estás solo porque quieres |
Joer, le va a abrir más puertas ser masón que ser guapo (y mira que eso no le cierra ninguna). A Harnett ya no le queda duda alguna y le revela a Jamie que el tabernero también es indepe y que mañana va a cerrar antes para que los Hijos de la Libertad se puedan reunir, reunión a la que está más que invitado. Y con la satisfacción del deber bien hecho se marcha Jamie, no sin antes pasar por delante de los cataplines de Cabronnet.
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Preferiría pasar por delante de las tetas de mi mujer pero no la veo por aquí |
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Pero las pelotas del marrano sí las puedes ver |
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Mira, yo ya paso de buscarles sentido a las cosas gabaldonianas |
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Mejor, así lo mismo te libras hoy de una desgracia |
El que parece no darse cuenta de que lo mismo se mete en una es Roger, que está trabajándose la chimenea de Amy McCallum.
Por una vez y sin que sirva de precedente no es una frase que digamos con significado guarreril, sino que Roger está en plan el de Bricomanía arreglando la chimenea de la casa de la mujer. Tan relajado y alegre está que la mujer le pilla cantando una canción del siglo XX, lo que nos sirve para recordar que Roger tiene una voz que nos afloja la patilla de las gafas y que está compartiendo un momento demasiado íntimo con una mujer que no es su esposa, la cual está con Marsali, Lizziepollas y Malva cazando gamusinos.
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Realmente busco un lugar en el río para poner un molino pero que la realidad no estropee una coña |
Pues sí, porque a nadie le interesan los intereses ingenieriles de Briana (aunque bien lo disfrutarán si pueden tener agua en el cerro para lavarse el xirri sin tener que ir a recogerla en cubos). Las mujeres están más interesadas en saber dónde está Roger o en los restos de una hoguera con piedrecitas alrededor y unos palitos dentro que parecen huesos...
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El fandom ahora mismo |
Marsali les ilumina diciendo que a veces para algunos hechizos se usan cenizas o restos de muertos, que madre mía qué irán a hacer ahí con eso, ¿Thriller 2.0? Pues no, ella cree que es un hechizo de amor, el Veneno del Viento del Norte. ¡Y digo yo que si no se podrá usar mejor para eso jabón de lilas, un calzoncillo resudao y un pelo de xirri en lugar de trozos de muerto! Pues ahora toca elucubrar qué mujer es la que lo ha hecho...
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Si me aburro, paso de Malva a Malva-da |
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Lo que has pasado es de Malva a tía perra |
Hombre, perraca total, porque ya ha sembrado la semilla de la duda entre las mujeres (aunque tampoco parece una idea descabellada, la verdad sea dicha). Para deshacer la tensión que se ha presentado en el lugar, nada mejor que a alguien le dé un chungo y la elegida es Lizziepollas, que sufre un vahído. Brianna le toca la frente, ve que tiene fibre y ahí le salen los conocimientos de su madre adquidos por ciencia infusa y le diagnostica malaria.
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Estoy tan orgullosa de ti... |
Bueno, mira, déjanos volver a Wilmintong, que nos espera un momentazo.
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¡Qué alegría para mis ojazos azulados! |
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La alegría es para mí, tu eterno enamorado |
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Pos nuestras ganas marranas |
En nuestra mente estos dos tiene un spin off 🐍/🐍 pero en la realidad lo único que comparten es a Williepollas, que Claire saca convenientemente a relucir justo en ese momento. Pues Williepollas está estupendo, seguro que guapísimo (porque los genes que tiene son de bellezorra), juega al ajedrez que ni Kasparov, habla de política que ni Churchill, de lingüística que ni Noam Chomsky...
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¡Oh, cuánto lo admiro! |
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Fijo que es un petardo |
Nuestros pensamientos son cariño puro hacia Willipollas, ya nos conocéis. Lord John ha ido también a ver a Flora MacDonald, ya que todo lo que sea arengar en favor de la paz y de la unidad es más que bien recibido, sobre todo en ese momento en el que están las cosas pelín jodidas. ¡No se puede desaprovechar al jacobita converso!
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Valemos para un roto y para un descosido |
Y para soltar un reproche al sobrino favorito mientras que ponemos cara de corderito de Norit para justificar haberle comprado una imprenta a Melopollè para hacerle feliz y alejarle de las malas lenguas del cerro. Para aligerar el ambiente y demostrar que Claire está en todo, esta saluda a Mary, una de las criadas de la tía Joqui y vieja conocida. En el cerro, Sosiah y Kehasiah están recibiendo instrucciones de la Panorámix Brianna, que les da un potingue para Lizziepollas y les indica que busquen bayas de acebo para poder hacer más. Y este interludio nos sirve para que Jamie y Claire se haya colocado en otra salita y estén hablando con el mayor McDonald, el cual demuestra su descontento con que Jamie haya renunciado a su puesto de agente indio. ¡Pero callarse todos que llega la célebre Flora, cuyas hazañas se narran del uno al otro confín!
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Es tan maravillosa que hasta baja el colesterol |
No sabemos cómo de estupenda será lo que sí sabemos es que recuerda a Jamie de cuando eran mozos felices en Escocia y que sabe halagar a la señora Fraser mencionándole lo que más le gusta: sus méritos doctoriles.
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Uis, no es para tantYO SÍ QUE SOY MARAVILLOSA. Y PUNTUAL |
Por lo visto Flora ha llegado tarde porque un ladrón ha entrado en su habitación y le ha robado el collar que lleva puesto. ¿Y cómo es que lo lleva puesto, si se lo han robado? Pues porque el hombre no debía tener mucha madera de Usain Bolt y le han pillado.
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Pero un joyoncio se ha llevado, para no perder el viaje |
En esto que a la Joqui le da un mareo porque no le hacen caso porque ya sabéis que está de los ojos malamente tra-tra y Claire y Flora se la llevan a que le dé el viento fresco. La célebre escocesa alucina mucho escuchando a Claire diagnosticar a la Joqui pero claro, no tiene mérito alguno decir lo que le pasa a alguien cuando ya sabes lo que le pasa.
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Lo que tiene mérito es tener las tetas altas con la edad que tengo |
Flora también quiere telemedicina de Claire y le pide que le diagnostique qué le ocurre con solo mirarla. Pero claro, no le va a decir que tiene cara de anunciar galletas, así que se escapa con eso tan manido de la responsabilidad de agradar y que tal vez se vaya por la pata abajo de los nervios. Así que, mientras que Claire se lleva a las otras dos a probar el remedio milagroso que les ayude a ambas, nosotras nos vamos al cerro a ver cómo Brianna cuece tuberías porque somos así de raras. Roger llega cantando la cancioncita de antes y le comenta a Bree que a Amy le sonaba, lo que es imposible teniendo en cuenta que es una canción del siglo XX.
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Brianna como Roger vuelva a mencionar a Amy |
Como el mozo no parece darse cuenta de lo que ocurre, ella le menciona lo de los huesos, el hechizo de amor, que pasa mucho tiempo con la viuda, que le canta...
Estaría bien que Roger se diera cuenta, sí, pero prefiere centrarse en reprocharle que Amy le necesita y ella no porque hay una mujer en el cerro que lo hace todo y justo justo en ese momento no es Claire sino su hija. Bree contraataca con que ya lo hicieron los romanos (nada, que no he sido capaz de colar el chiste de La vida de Brian, sorry) y que para el cerro él parece ejercer el cuernismo marital con la viuda, a la que van a necesitar que le caiga un churri en la cama. ¡Y no se le va a acercar ninguno si tú estás desatascándole la chimenea!
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No me puedo creer que otra vez esté siendo el panoli de la serie |
Las que no están siendo unas panolis son nuestras mujeres en Wilmington, a las que Claire les está apañando el día con su remedio milagroso.
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Chica, esto te arregla hasta la artrosis y la sequedad del xirri |
Y ahí está el milagrito de Claire, que, no contenta con chutarse éter, le arrea a estas un buen porro para que se le alegren hasta los cuadros de las paredes que vayan viendo. Y todo esto acompañado de bebercio, ¡que somos escocesas! Flora quiere brindar por el Mark Me pero Claire dice que por encima de su cadáver mejor brindar por ella (por Flora, no por ella misma -aunque ganas seguro que no le faltan-), lo que Flora aprovecha para contarles que la gente pensaba que ella y el Mark Me le daban al trocotró en el barquito.
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Nosotras ante semajante visión |
Flora no quiere rajar de él y Claire le dice que no le va a importar mucho, estando matándose a bebes como está el hombre en Italia. Eso lleva a que la Joqui diga que ella quería haber conocido a algún miembro de la familia real, lo que lleva a decir que Claire ha conocido a varios (ella siempre más que nadie, ya tú sabes), lo que
lleva a Claire a recordar cuando en la segunda temporada cierto monarca francés le invadió los bajos con poquísima alegría y gracia. Como diría Jamie Lannister, las cosas que hace una por amor. El caso es que se nos ha quedado Claire un poco más p'allá que p'acá así que nada como quedarse sola con la excusa de prepararle unos porritos a la Joqui y darse al olisqueo de pañuelo eteril, que te relaja cerebro y pernil.
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Para perniles, los míos |
Nuestro Jamie se ha tenido que tragar solo el tostón de Flora y solo al final aparece una descansadísima Claire. Y, ¡vaya por Dior!, llega justo a tiempo para la parte del discurso en el que Flora la menciona, diciendo que la señora Fraser le ha recordado que deben encontrar lo que les aqueja de modo padentrista. Ya saben lo que es la divisón y deben afrontarla, son súbditos de la Corona y para vivir en paz en esas nuevas tierras deben seguir como están y no cambiar.
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Menos Jamie, que puede cambiar de acera cuando quiera |
Eso sí, el amor de Lord John no le impide contarle a Jamie que el gobernador está intranquilo y no porque tenga almorranas sino por su dimisión como agente indio, ya que John le prometió la fidelidad de Fraser y abandonar a las primeras de cambio muy de ser fiel no es. Además, Lord John ha visto una lista de nombres de simpatizantes de Hijos de la Libertad y ahí estaba el de Jamie, algo que John cree que debe rectificar lo antes posible. El inglés también sabe que mañana se van a reunir varios de ellos en algún sitio y la Corona es como un pulpo, en todos lados tiene un tentáculo y se entera de todo. En esto que llega Mary a toda leche a decirles que el churri de la Joqui les manda llamar porque hay lío en el pueblo. ¡Pues que llamen al Equipo A, leche! Pues no, allá que van estos dos, a la puerta de una imprenta que está siendo acosada por rebeldes que acusan a Flora de traidora.
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Jamie y Lord John protegiendo la imprenta |
¡Pero calla, chica, que resulta que los panfletos loando el coronismo de Flora y que han indignado a la gente los ha mandado imprimir la tía Joqui! ¿No podría esta señora dedicarse a tejer calceta y dejar de liarla parda? Pues no, ahí está, generando un problema para, oh, chorprecha, su sobrino, que está que se cambia de bando pero tiene que enfrentarse al emplumamiento junto a Lord John por defender la libertad de prensa e imprenta.
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Jamie luchando porque tú puedas leer el Hola |
Al final no le caen plumas a Jamie pero sí un brochazo de brea QUE AMENAZA CON DAÑAR SU MARAVILLOSA BELLEZA MECAGOENLACABEZADELQUESELOHAHECHO, siendo toda la secuencia observada por el sieso colaborador de Cornelius Harnett. Cuando más tarde Jamie considera que aún tienen tiempo para manejar la situación hasta el cuatro de julio de 1776, Claire le recuerda que ese día es el de la Declaración de Independencia, no el del inicio de la guerra. Jamie se preocupa por la opinión de sus colonos cuando sepan de su rebelión frente a la Corona. ¡Y ha tenido que mentirle a Lord John! Todo fatal en este nuevo mundo. Pero así son las cosas outlanderianas y así es la Historia. Jamie tendrá que aprender a vivir sin jurar lealtad a nadie salvo a su nueva nación. Y con esta alegría nos vamos al cerro, donde Roger está ayudando a los Christie con cola a subir la campana hasta la iglesia/zona de reuniones/sala de zorreo.
Sí, sí, sala de zorreo porque mirad lo que se encuentra Roger cuando entra a buscar una cuerda.
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Revolcón en el suelo lleno de mierda |
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¡Y yo por qué tengo que ver esto, copón! |
¡Pero co*o con la Malva, que mucha Biblia y mucho padre pureta y nos ha salido fan de cualquier bragueta! Seguro que ha querido emular los guarrindonguismos que cotilleó de los Fraser y se ha cogido (dicho esto en el más argentino de los sentidos) al primero que ha pillado. El muchacho está azoradísimo, casi tanto como Roger, que ve abrirse las puertas del infierno ante la posibilidad de que Tom Christie pase y vea a su hija en semejante situación. Pero Malva no comparte su preocupación, ya que si Roger habla...
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Malva-da y... |
Roger alucina ante la maldad de la joven, que sabe que juegan a su favor las habladurías de la gente, así que solventa la situación como buenamente puede mientras que Malva-da sale por patas gracias a las maravillas de las puertas traseras. Pero las palabras de la chica han calado en Roger, que va más tarde a casa de la viuda a terminar la chimenea de los cataplines y AMIGO, DATE CUENTA.
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Me he buscado otra mujer y otro hijo y no me he enterado de un pijo |
En Wilmington las alegrías para Jamie no cesan, ya que afrenta a su tía al saber que ella es la que ha pagado la fiestuqui en honor a Flora y la Joqui le contesta que para qué va a estar de manos cruzadas cuando las puede meter en todos los ajos y promover la paz. Jamie sabe de sobra lo que su tía hace, entre esto y comprarle la imprenta a Fergus para que tenga que imprimir lo que le salga a ella del toto. A él no le engaña porque sabe que su tía va cantando por los rincones Estoy llorando por ti por e lrecuerdo de su Murtagh pero le dice que como le ocurra algo a Melopollè por ella...
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La Joqui aguantando con entereza la charla con su sobrino |
Mary, su fiel sirvienta, le dice a Jamie que su tía está un poco regulera desde que Murtagh cató tierra y que muchas veces la pilla dormitando hablando de dinero manchado de sangre, de su hija Morna y del oro del francés y le pregunta a Jamie si no le preocupa que su tía esté perdiendo la cabeza.
Ya en el cerro, Roger le comenta a Bree que ha roto con su familia ficticia y que ha mandado a otro maromo a que le arregle las cañerías a la viuda, y le pide perdón a su mujer por dejarse invadir por esa necesidad de cuidar a las mujeres jóvenes abandonadas sin darse cuenta de lo que puede parecer desde fuera. Ahora, a descansar y a estar con su familia, juntitos los tres.
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Y no es que nos hayamos comprado al robot Emilio |
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Roger celebrando la potencia de sus bajos |
¡Un nuevo bebé para sufrir desgracias alegrarnos las penas! Y bien que vamos a necesitar las alegrías, porque en la siguiente secuencia nos vamos con Malva-da de excursión a la choza del comepecados, que está para que le coman los pecados a él.
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Lo que parece que me han comido son los dedos |
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Los está usted sacrificando para que yo coma otra cosa 🍆 |
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Es la responsable del hechizomecagoporlapataabajoooooooooooo |
Ahora solo nos queda por resolver a quién se quiere calzar... Con el miedo de que el objetivo del hechizo sea el maromo que sale en el siguiente plano nos vamos con Jamie, que se reúne con Lord John, el cual le indica que ya conoce el punto de encuentro de los Hijos de la Libertad. Jamie le dice que asistirá a la reunión a lo que Lord John comenta que es un riesgo ya que van a ir soldados a apresarles, pero que puede suponer la oportunidad de que Jamie les extraiga información.
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A ver cómo te lo explico... |
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Yo me cago en mi fruta vida y en mi bella estampa |
Pocas canas tiene Lord John para la cantidad de disgustos que le da Jamie. ¡Que no va a querer volver a la serie si sigues así, escocés! Nos sentimos invadidas por la desolación de Lord John ante la traición de Jamie y ante lo que él considera quijotesco modo de pensar, ya que el guapísimo inglés está convencido de que los rebeldes perderían en un posible guerra. Jamie le intenta explicar que podrían ganar su libertad, ¡librarse al fin de la tiranía!
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Para tiranía. la de tu belleza noche y día |
Jamie obviamente le dice que no pero que tampoco puede
fight this feeling anymore y que
no va a seguir ocultando que quiere ser libre. Le pide a John que le acompañe para que al menos escuche sus razones, pero este
no concibe que las colonias se puedan gobernar solas (un diez en clarividencia, chaval). Jamie lo único que consigue sacarle es que
retrase la visita de los soldados a la reunión porque, aunque nuestro pelirrojo tiene muy claro que no quiere que esto se interponga entre su bella amistad, tiene más claro que no se va a apear del burro.
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Las cosas que hago por amor |
Bueno, mientras no tires niños por la ventana, todo está bien. En la reunión de los Hijos de la Libertad todo va estupendamente hasta que llega Jamie, al que no quieren ver ni en pintura tras comentarles el sieso la defensa que nuestro maromo hizo del impresor leal a la Corona. ¡Si es que no se puede ser bueno, ya te lo tendrías que saber de memoria! Jamie saca el vozarrón de que se cague la perra para decirles a todos que él defendía a un inocente y que, además, era un hombre libre que tiene derecho a imprimir lo que quiera, derecho que, pensaba, sería respetado por los allí presentes, incluso aunque no estuvieran de acuerdo.
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Jamie manejando verdades, mentiras y voluntades |
¡Menuda labia tiene ese hombre! Estaban ahí todos a tirársele encima de modo no guarreril, ha logrado escaparse como una trucha recién pescada y, de paso, les hace sentir mal por ir en contra de la propiedad privada y del soberano derecho del Hombre de hacer lo que le salga del nardo, chimpún. Y, encima, para que puedan confiar en él, va a quedar de *uta madre advirtiéndoles a todos de la inminente visita de los soldados, que a tomarse un carajillo con ellos no van precisamente...
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Los Hijos de la Libertad ahuecando el ala dignamente |
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Señores soldados, nos pillan ustedes jugando al billar con el rascador de la espalda |
Sospechen algo o no, los soldados poco pueden hacer, salvo echarles la bronca por jugar mal. Por el cerro tenemos una secuencia muy cuqui de Brianna y Marsali, donde la señora Melopollè, mientras que hace las maletas para irse a New Bern, le indica a su cuñi que sabe que está preñada y no porque sea Rappel sino porque la pelirroja se toca la tripita y no porque tenga gases. Y juntas hacen planes de que Melopollito y en nuevo bebé correteen por el cerro cuando vuelvan a estar juntos (aunque la carita que pone Marsali no augura buenos pensamientos...). Recogiendo maletas también tenemos a los Fraser, que van a llevarse los dramas a su casa acompañados de una bella tonada...
¡Qué va, mujer, habrá sido el pelo, que te ha hecho efecto casco en la cabeza, has oído un flautín y te lo has imaginado!
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Ya quisiera ella haberlo imaginado, tiri tiriri-ri-ri-riiiiiii... |
¡!¿¿!¿!¿!¿PERO QUÉ CLASE DE FINAL ES ESTE!??!??! Vamos, vamos, ¡esto no se nos hace a nosotras, que estamos ya de salud delicadita entre las desgracias y los viajes en el tiempo que no dejamos de hacer por culpa de esta gente! Pues con el culo torcido y el ánimo revolucionado nos quedamos hasta el siguiente capítulo, cuya
review os traeremos por aquí
vete tú a saber cuándo bien prontito.
Hasta entonces, ¡ánimo y tilitas para todas, sufridoras natas!
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