miércoles, 26 de abril de 2017

Poldark 1x01. A fungirlish minireview [Spoilers]

Tarde o temprano tenía que pasar, todas lo sabíamos: las haggards no podíamos permanecer inmunes a los encantos de Ross Poldark. Eso sí, nuestro camino ha sido distinto al de la mayoría, ya que hemos llegado a él a través de los libros y por eso nos hemos hecho las remolonas ante la serie (bueno, hablo por mí, que Cassie se lanzó sobre ella en plancha). ¡Pero ya estamos ambas al día y con ganas de que Ross nos demuestre en junio lo que valen sus patillas! Por eso vamos a meternos en faena y hacer unas estupendas reviews, para ir sufriendo reviviendo su historia. Eso sí, queridas, como no hay serie que una más a las haggards que Outlander, ninguna review será como las de nuestro Jamie.


¿¿Que por qué?? ¿¿¿Vosotras queréis que yo me quede sin cardado de tanto estrés??? No, queridas, una valora su pelazo y su bote de laca más que a un maromazo y no nos da la vida para tanto. Nos tendremos que quedar con un resumencillo jocoso de la serie y nuestras vivencias en Cornwall (tal vez esta primera sea larga cual boa de Ross porque hay que conocer a los personajes y el pisto que se traen). ¡Abrochaos los cinturones, que vamos a empezar y no queremos que ninguna se caiga por un acantilado! Bueno, salvo ciertas personas que... Ejem, ya las conoceréis.

                                                                       

Como somos muy de enaguas, hemos cruzado las piedras (a ver si pensáis que sólo puede Claire Fraser) y nos hemos ido a Virginia en 1781, en plena Guerra de la Independencia. ¿Que por qué estamos donde Cristo perdió la boina? Porque somos muy cruzar charcas y lodazales con tal de estar al lado del pechote de nuestros maromos.

Ross Poldark presente, para llenar sus sueños y sus camas
Aquí estoy yo, para servirle a Dior y a usted y no por ese orden

Ya, somos unas superficiales que no vemos más allá de un bello rostro, blablabla. ¡Pues no! Si además tiene cuerpazo y viene envuelto en semejante uniforme militar, WE'RE ALL IN! Os presentamos a Ross Poldark, british maromazo, bastante follable pero algo bala perdida. Como tenía muy cerca la horca de su bello cuello por ser de puño fácil y perder hasta los refajos ajenos apostando, lo mandamos a la guerra con la esperanza de que se nos reformara y, de paso, perdiera el anillito que le dio esta chica tan bucólicamente desenfocada

Mejor a mi cama que a la tuya, chata

Sí, no hay objetividad y sí mucha envidia cuando hablamos de este morenazo, ¡lo queremos para nosotras! Anillito, anillito... ¡A este hombre se le manda a la guerra con un buen revolcón encima! ¡Hombre ya! Pues nada, Ross regresa con el dichoso anillo, al que agrega una cojera y una tremenda cicatriz que le surca la morena mejilla (según la versión de Poldark que toque es una u otra pero who cares, nosotras recorreríamos ambas con la lengua).   

Como si te importara mucho dónde la tengo. La cicatriz.

Efectivamente, Ross, somos unas superficiales, igual que la gente que te ve llegar dos años después, perjudicado y huerfanito, cosa que no sabías hasta que las chismosas de turno han soltado por sus picos de loro. El pobre Ross decide ir a casa de su tío en busca de una bienvenida alegre y con gente viva, preferiblemente, y lo que era una fiesta se convierte en una sorpresa para todo Penry. Pero esperad que os presente a "todo Penry".

Este señor que parece un sapo con tendencia al eructo es el tío Charles
La Chica Desenfocada con boca que claramente puede comer más es Elizabeth
La vieja pasa que piensa que a Elizabeth LeCabe de todo por esa boca es la tía Agatha
Esta señora de tetas apretás y sonrisa a lo Joker es la madre de Elizabeth, cuyo nombre nos la pela
El primo Francis, un Blandis de mirada moñas
La prima Verity, una joyita de enaguas frías (solterona, vaya)

Están todos tan contentos que parecen la tribu de los Brady pero llega Ross y ni que les enseñara la picha, les da el susto de su vida, que, por cierto, no es nada comparado con el que se lleva él cuando le enseñan el pisto se que cuece delante de su bella estampa. Y es que si están reunidos es porque ahí alguien se va a casar con alguien, que diría Gila, y no es precisamente la solterona de su prima la que va a catar marido...

Ay, que ya sabe que voy a catar PoldarkBoa y no es la suya
Un detalle de bienvenida, como en los hoteles

Pobrecito nuestro Ross, venir de la guerra con la ilusión de meterle de todo menos miedo a Elizabeth y resulta que es a él al que se la cuelan y del modo más desagradable posible. Podemos entender a Elizabeth pero vete a cagar, chata, mira que no esperarle porque te dijeron que estaba muerto... ¡Minucias! 😒 Además, Ross se entera de que vuelve a un hogar donde ya no tiene ni dinero, ni padre ni perrito que le ladre (pero que si quieres hacer el perrito, yo me presto, eh 😉👅). El caso es que sale de esa casa y se va a caballo (ozú, ya lo dijo Cassie, no hay serie en la que se vaya más a caballo que en ésta y siempre con los violines ñiñi ñiñi ñiñiñiiiiiiii de fondo) y se encuentra con que tiene una casa (Nampara) llena de mierda y animales y unos criados borrachuzos a los que espabila rápidamente.

Jud usa esto para todo, como yo el champán

Nuestro Ross está muy compungido por la vida de mierda a la que ha vuelto...


Admirad mi cara de penita mientras os enseño mi peletes pechotiles

...pero rápidamente pasa al cabreo y a la acción al ver cómo están los inquilinos de su padre (que también curran en la mina de su tío, aquí todo queda en familia, los currantes, las churris...).  

Para arado, el que tengo aquí colgado

Sí, chatungo, tienes de todo MENOS DINERO y así pasamos a ver otra de las constantes en su vida: pedir pasta para no estar a dos velas aunque, al final, siga estándolo. Aunque hay una persona que se la prestaría sin ningún problema...


Heeeeeeeeeeeeeeeeere we go again

La verdad es que Elizabeth lo único que quiere es arreglarse con Ross pero su madre está ñiñi ñiñi diciéndole que si Ross quisiera tema con ella ya estaría aporreando su puerta con su tercera pierna. Pero no, no me refería a ella a la hora de dejarle la pasta, me refería a éste:


Me llamo George Warleggan y tengo tanto dinero como laca en la cabeza

Este rubiales dice que admiraba a Ross en la escuela (¿se pondría palote con él?) y que lo podría reclutar para su causa dejándole la pasta que necesita (que para eso tienen él y su tío un banco -de dinero, no de sentarse-). Y mal no le vendría a Ross porque está tan canino que no le queda más remedio que trabajar él mismo sus tierras (así tiene él esos músculos, grrrrrrrr) y darle al tintorro con sus inquilinos mientras piensa que si Elizabeth se va a casar y que si fue y que si vino y le dejó por otro pepino. Y ella está igual, con el rucu rucu mental de Ross. ¡Pero iros a Gretna Green! ¡Hombre ya! Por eso, cuando Francis va y le dice que él promete quererla pero que entiende que es un poco blandis y que otros son más morenos y más buenorros y si le quiere decir algo, ella le dice que...



Pero what the fucking fuck estás diciendo?!?! ¿¡No le has dicho hace medio capítulo a tu madre que si Ross y tú blablabla!? ¿¿¿Cómo te vas a casar con Francis si Ross es el amor de tu vida??? 😤😤😤😤 Y Blandis se echa a llorar y todo, es tan tienno que nos da penita y grima a la vez. Luego se va con Ross a la mina de su padre y le explica que lo de Elizabeth surgió y él no quería pero poco más le dice porque Ross le pega dos berridos, el otro se jiña y se cae a un pozo, del que Ross le saca tras unos segundos de deliberación para hacernos creer que es un hijoeputa-malparido-gonorrea que dejaría ahogarse a su primo.


Vaya, nos vamos a quedar con las ganas de ver el pechote blancurrio de Blandis tomando el sol (¡yupi!). De lo que no nos libramos es de verle casarse con Elizabeth delante de un Ross que parece que le ha dado al peyote de tanto flashback de la chica a cámara lenta que recuerda. Pero no preocuparse, que no hay nada como una par de Warleggans tocándole los cataplines para sacar a Ross de su modo más moñas.

Y así, queridos niños, es cómo los Warleggans hacen amigos

Menos mal que ahí está Elizabeth para devolverle la melancolía al decirle que esperaba que fuera a visitarla al volver de la guerra para ver si se apañaban pero que ahora tendrán que apañarse de otro modo. Y no, esa solución no incluye guarrerismos bajo las enaguas y sí la palabra favorita de todo rechazado:


Con todo el cariño de Ross

Tras una conversación con su tío sobre lo conveniente que sería que se fuera de Cornwall, Ross hace lo que todo hombre hecho y derecho haría: tocarle los huevos, quedándose y vendiendo pertenencias de valor. Como allá donde va Ross le persiguen el jaleo (y el resto de personajes de la serie) se mete en una pelea para salvar a un chiquillo, que resulta ser una larguirucha chica



¡Pero co*o! ¿Otra vez tú?

Ozú con esta mujer, te das la vuelta, hace chas y aparece a tu lado. Iba Elizabeth a preguntar por el chiquillo pero se ha dado cuenta de que era una chica y ha retorcido morrete, con lo que ha tardado poco en irse con su Blandis. También ha pasado por ahí George para recibir su hostieja verbal (lo que yo os diga, a George le mola la gramola de Ross y el masoquismo, de paso). Y mientras, Ross conoce un poquito más de la mala vida de la chiquilla, que tiene nombre.


Para carne, la mía
Qué bien frunce ceñoooooooooooooo

Ay, esa carilla de nuestro morenazo ya indica que la historia de Demelza le ha tocado el corazoncito, así que le ofrece trabajo como ayudante de cocina (adorafollamómetro: 😍😍), previa secuencia homenaje a Memorias de África.


Ross no tiene la delicadeza de Redford lavando pelo

Pero que casi le arranque la cabeza con los meneos tiene su recompensa.


¡Tachán! Ojo la belleza que ocultaba tanta mierda

Parece que Elizabeth tiene rayos x en los ojos, porque ella la vio a las primeras de cambio y una cosa lleva a otra y Ross acaba diciéndole que si aún tiene cobijo para su boa en su xixi él en su corazón. ¡Pero que está casada con tu primo!


Eso sí, luego le dice que si pueden ser amigos.


¡Claro que sí, guapi!

Claro, Ross sale de allí con mala hostia [caballito para allá y para acá, violines] y ganas de mandar a Demelza con su padre cuando, oh, sorpresa, el padre le espera en su casa con ganas de hacer las paces.


Ellos lo hacen al estilo Cornwall

Pero no sufráis, niñas, no sufráis, que a Ross no nos lo desgracian. Si acaso un diente menos pero Ross no tiene ese cuerpazo esa presencia para enseñarla y quedarnos sin él en el primer capítulo, igual que él tampoco está dispuesto a perder ni su vida ni a su nueva ayudante de cocina, así que, previo paso por la Wheal Leaisure (su ruinosa mina)...


Seriously, esta tipa es como Dior, ¡está en todos lados!

Pues eso, que tras el tour y el combo Elizabeth + caballito + musiquita,  tocar ir a casa a vivir una vida mejor.


Porque nunca estaremos peor que ahora, ¿verdad?
A ver cómo te lo digo...

Sospechamos que éste ha sido el primero de muchos sufrimientos con Ross. ¿Los vivimos juntas? (Ya, esta pregunta viene con años de retraso pero lo bueno se hace esperar 😁).

¡Hasta la siguiente review de Poldark!

                                                       
Consejo de haggard: ¡leed los libros!


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viernes, 21 de abril de 2017

Aventuras de una haggard en Outlanderandia

¡Haggards mías, que no cunda el pánico con la Droughlander! Además de haber podido disfrutar de un pequeño avance de la tercera temporada donde Claire luce un maravilloso pelucón cardado, Frank unas gafas de hipster, y Jamie se luce todo él en su esplendorañsdjfñasdjkfañsjk, os vengo con una gira que esta Semana Santa he hecho por tierras escocesas. ¡Por fin piso tierra de kilts y highlanders! 

¡Ya tengo excusa para ponerme esta bufanda y la boina!

Apenas tres semanas antes del viaje por aquellos lares, no tenía ni idea de que visitaría lugares tan emblemáticos para nosotras, queridas. Pero me vino mi Dex Dexter con una oferta que no podía rechazar. ¿Diamantes? ¿Champán del caro? ¿Una limusina nueva? No, nada de fruslerías... ¡Un viaje a Escocia! Casi me faltó tiempo para hacer las maletas y echar en ellas todo mi arsenal de joyoncios, ya imaginareis para qué... Pero no nos adelantemos.

Y falta la maleta de mano y el bolso

Lo primero fue consultar a viajeras expertas como @akaroa y @SassenachLife para orientarme en mis visitas a sitios de rodaje de la serie. Gracias a ellas pude hacer una ruta donde ver algunos de los escenarios que han pisado nuestros personajes favoritos. Esto no tiene precio. ¡Gracias, queridas, ya sabéis que tenéis una lentejuela de honor con vuestro nombre en mi corazoncito! 

Haggards del mundo, todas para una y una para todas

Como esto ha sido casi una peregrinación a nuestra Tierra Santa particular, lo estructuraré a modo de vía crucis outlandero.

Primera estación: Cassie llega a Edimburgo y busca a Sam Heughan desesperadamente

Bueno, ya sabía yo que por allí no andaba Sam, peeeero justo en la calle donde teníamos el apartamento había una tienda de Barbour, así que fue casi como tropezarme con él. De ilusión también se vive, ¿verdad, haggards? Además, di con otro escaparate en mi periplo por la ciudad, y también con un montón de carteles de tiendas con el apellido Fraser, que parecía aquello un emporio casi al nivel del de alguno de mis exmaridos. 




En mi deseo de hacer una inmersión total, lo primero que probé para comer fue el haggis en versión croquetil. Buenísimo, oye. Y, por supuesto, no me pude resistir a mirar lo que había debajo de un kilt... Si queréis saber lo que se esconde ahí, tendréis que viajar a Escocia 🐍




Segunda estación: Cassie se cuela en Lallybroch ¡y no la pillan!

Tras dos días en Edimburgo, tocaba el turno de echarle un par de huevos escoceses al asunto y coger un coche para marchar a la capital de las Highlands: Inverness. Recordemos que esta gente conduce por la izquierda y el volante va en el otro lado, así que la cosa requería de una pericia que yo no tengo. Menos mal que mi Dex tiene espíritu de highlander y al grito de Tulach Àrd! agarró un coche y al lío... previo seguro todo riesgo en el rent-a-car. Que será muy aguerrido, pero no tonto.

Me he ganado el Paraíso con esta loca

Nuestra primera parada era Hopetoun House. Según diversas fuentes, ahí había que pagar para poder acceder a Midhope Castle, una propiedad privada y el verdadero Lallybroch. De paso, Hopetoun se podía visitar: es la residencia del duque de Sandrigham. Allá que metemos la dirección en el Google Maps (el mejor invento desde la depilación láser) y a transitar por caminos de cabras o, más bien, de ovejas, que allí las hay desperdigadas por todos lados. 




Tan alegres íbamos y, zas, la primera en la frente: aquello estaba cerrado a cal y canto. No veáis mi desilusión, queridas, el cardado se me chafó del disgusto. ¡Me quedaba sin poder comprar el acceso a Lallybroch! Pero una haggard nunca se rinde y emprendimos camino hacia Midhope. Mis tacones de aguja iban a pisar ese suelo como me llamo Cassandra Dexter Colby. 


¿Ha quedado claro?

Tras otro trecho muy del siglo XVIII (se ve que el asfalto aquí no lo conocen), vislumbré por fin al fondo una construcción muy conocida... ¡LALLYBROCH! 




Dejamos el coche a la entrada y me colé, mirando a mi alrededor por si me salía un perro, una vaca con flequillo o una vieja con una sartén en la mano para echarme. ¡Pero no! Imbuida del espíritu de Claire Fraser, planté mi pica en la finca. ¡Aquí estuvo Cassie, que lo sepas, Jenny Murray! 

Hay que estar preparada para un contraataque

Me senté en las escaleras y miré hacia el arco de entrada, a ver si veía a Jamie por algún lado. Ay, mi corazón se quería salir del pecho...




Tercera estación: Cassie va a Blackness Castle, el "Fort William" de la serie ¡Joputa en acción!

Nuestro viaje outlandero continuaba. Castle Leoch iba a tener que esperar, porque esta haggard no pensaba ir a un lugar en el que te dejan los pelos horribles. ¡Que este cardado no lo toca cualquiera! Por eso, nuestra próxima parada fue Fort William, pero el de la serie, no el de verdad, que está donde Cristo perdió la zapatilla. Desde fuera, el edificio es impresionante, y está construido sobre una lengua de tierra que se adentra en un estuario, el Firth of Forth. El viento era tan fuerte que creía que se me volaban los diamantes de las orejas. 


Pero lo importante estaba dentro, queridas. ¡Ese patio, cómo no reconocerlo! Los pelos como escarpias al recordar a Joputa dándole latigazos a nuestro Jamie y dejándole la espalda hecha un desastre. 


Como podéis ver, los chorretes de la torre siguen ahí más de 250 años después
Ojo, que ese mismo suelo fue pisado por... ¡RICHAL! AÑAÑDKJFASÑKJGÑSAKDJFSÑAKSJS!!!



Cuarta estación: Al rescate de Jamie de las garras de Joputa

La siguiente parada era Linlithgow Palace, edificio usado para representar la prisión de Wentworth. Ojo, que aquí nació nuestra Mary Bitch preferida, la de Reign. Pero yo no vine a Escocia a ver al Blandis ni al Eyeliner Man habiendo Jamie y Roger, hombre ya. Parece mentira que un lugar tan bucólico haya servido para los momentos más duros de la serie. Lagrimitas...


Una de las heroínas de Wentworth


Quinta estación: Visita a Geillis Duncan   

El plan iba viento en popa. Próxima parada: Culross, Cranesmuir en la serie. Un pueblecito encantador y suertudo donde estuvo Sam rodando. Vamos, qué se iba a imaginar esta gente que la aldea en la que viven se convertiría en un lugar de peregrinaje para todas las fans de Outlander. Porque, queridas, si llegué a la casa de Geillis fue porque seguí a dos señoras que iban con el famoso mapa con las localizaciones en mano. No es que aquello sea enorme, pero las callejuelas son todas iguales. 



El casoplón de Geillis y dos señores que me jodieron la foto
Aquí, dos coches jodiendo otra foto
No pierden oportunidad para el negocio de la serie
Me tomé una infusión en un café, el "Biscuit Café", donde Sam había estado. ¿Es posible que mis posaderas tocaran la misma silla que las que vieron sentar el trasero de Sam? añsdkjgañslkdjfska!!!

Sexta estación: Cassie va a buscar el fantasma de Jamie

La última parada antes de ir al auténtico Inverness era la visita al lugar que usaron para representar a esta ciudad en la serie: Falkland. Otra pequeña población en la que, como imaginaréis, fui directa al monumento donde Mñé ve esa aparición maravillosa que es la de Jamie como fantasma. ¡Emoción a raudales, haggards!


¡A la caza de Jamie!

Justo ahí está el hotel que hizo las veces de B&B en el primer capítulo. Dentro no tiene nada que ver (¡muy mal!), pero aquí también encontramos cositas de Outlander. Mientras tomaba una infusión, una señora le explicaba a su marido la historia de Claire. ¡Somos legión, queridas! 

¡Ah, no me he olvidado de la tienda donde Claire mira el jarrón




Séptima estación: Cassie se planta en las Highlands y disfruta de su gastronomía

¡Ahora sí que sí, haggards! ¡A las Tierras Altas! Inverness, el auténtico, me esperaba con los brazos abiertos. Y, cómo no, los Frasers también.


Y por eso tenía que experimentar el Scottish Breakfast (el no guarreril) y también el famoso porridge. Como podéis ver, el primero te da la energía suficiente aguantar al mismísimo Frank dándote la vara durante cinco horas con la historia de sus antepasados. El otro viene bien para ciscarte en Joputa y hacerle un vestido de 💩



Octava estación: Culloden. Mark me!

A pocos días para el aniversario de la batalla de Culloden, visité el campo donde se desarrolló. Esto sí que te pone los pelos tan de punta que no necesitas cardado. Impresionante, haggards. Siendo abril, no imagináis el frío que hacía. Ni con tres visones tenía aquello remedio. Y ni un mísero árbol en el que resguardarse en varios kilómetros a la redonda. Pensar en lo que tuvieron que pasar para terminar como terminaron hace que las lágrimas se salten, queridas. El corazoncito se pone triste aquí. Y ver la piedra que señala al clan Fraser aún más, snifff...




Octava estación: Cassie trata de cruzar las piedras

Cerca de Culloden estaba mi oportunidad para viajar en el tiempo: Clava Cairns. No es Craigh na Dun, pero la localización de este conjunto de cromlechs inspiró a Diana Gabaldon el de la novela. ¡Tres hay, no me digáis que no podría funcionar alguno! Ahí que llegué yo, con mi arsenal de joyerío, y toqué todas las puñeteras piedras para nada. ¡Timo de los gordos! Eso sí: juro por Dior que allí se oía un zumbido. Hasta mi Dex Dexter lo percibió y no es broma... 


¡De cabeza a las piedras!
Por una vez tiene razón este tío


Novena estación: Sláinte!


Tras una visita relámpago a Nessie, que no se dignó a aparecer (menos mal que un maravilloso arco iris nos fue acompañando cada dos por tres, aunque mi cardado se vio perjudicado con tanta llovizna), tocaba volver a Edimburgo. 

Al lago no le hace falta el Photoshop 
Urquhart Castle, casoplón con vistas al Ness

De camino, se nos ocurrió entrar a una de las muchas destilerías que hay por allí y catar el Uisge Beatha o "agua de vida": whisky escocés. Fue la mejor manera de terminar esta experiencia outlanderiana, haciendo un homenaje a lo que mejor sabe hacer Claire (además de ligarse al buenorro de Jamie): empinar el codo. No veáis lo que es esto aquí, haggards, todo un culto, una manera de vivir (y de beber). ¡Nos fuimos un con cargamento que sería la envidia de más de un ewok! Y yo casi vi a Jamie tras la cata, claro.


Aquí hay tomatín del bueno, sí





Y esto es todo, haggards. Sólo decir que cinco días no dan para verlo todo, así que siempre queda una excusa para volver. Y, aunque se viera toda Escocia, repetir no es ninguna tontería. Sólo por ver esos maravillosos paisajes merece la pena.

¡Awwwwww...!
¡Un placer compartir con vosotras esta experiencia! Espero que la próxima crónica sobre una haggard en Outlanderandia sea de nuestra Kim...

¡Preparaos, highlanders, que voy!
BONUS: os dejo una imagen exclusiva de la auténtica tableta escocesa 😈







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