Outlander 2x02. A fungirlish review [Spoilers]

Como los fantasmas de Poltergeist, ¡ya estamos aquííííííííííí! Hemos intentado recuperarnos como buenamente hemos podido de los sustos del capítulo pasado (tal vez hayamos soñado lo de 1948 y le Comte Melofogniquè sea realmente adorafuallè y el pelo de Jamie no esté churretoso sino limpio y suelto y MÁS CORTO...) y nos hemos plantado las enaguas y el miriñaque de los domingos para ver qué nos tienen hoy los Frasers preparado. ¡Starz, dale al play!

                                                        

¡¡PERO QUE ESTÁN FO**ANDO!!

¡¡Por fin!! ¡Ya era hora de que el Nessie de Jamie despertara! Lo que no consiga una haggard... *ejem* Pues eso, que Ron sabe que a nosotras lo que nos gusta es un comienzo de capítulo con trocotró y, oh, qué maravilla, ahí están, al ñiqui ñiqui, dándole al mortero, haciendo la french toast con una alegría que nos están dando calores y ganas de que nos unten a nosotras de mantequilla y nos coman tol...

¡¡Ay, por favor, no puede ser!! ¡Resulta que nuestro Jamie no está curado, que está en el lío con Claire y se imagina a Joputa! Nuestro corazón se rompe en mil pedacitos. Y Jamie ya ni os cuento que, de repente, se vuelve majareta y decirle hacerle a Joputa un zurcido que ni la Singer de mi madre.

Convierte a tu Joputa en colador en tres sencillos pasos

Se queda Jamie que ni Carrie en el instituto. Pero, de repente, puf, se despierta (bien resudado, claro, porque él sabe que nos gusta así), todo ha sido una horrible pesadilla. A Joputa no le bastó con darle por el Edward Cullen en vida que incluso muerto sigue *odiendo a nuestro escocés. No hay palabras de Claire que le devuelvan la calma, así que nuestro chavalote se va a mirar facturas, que le tocará hacer la declaración de la renta seguro. Al día siguiente, Claire va por la casa con un vestido de Dior, un plato en la cabeza y una sirvienta que le pide que, por favor, no haga cosas que para eso ya está ella. Claire retuerce el hocico ante tanta servicialidad, confirmando lo que ya sospechábamos: que es un poco tonta no está hecha para disfrutar de tocarse el xixi.

Oh, qué castigo que te hagan todo ¬¬

Y entonces Claire se va de road trip parisina, contándonos que si hay que ver, qué movidas van a pasar allí y tal, que luego vendrá la Revolución Francesa y que ella estuvo allí cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y que si la Torre Eiffel qué bonita es/será. No sé cómo no le peta la cabeza con tanto jaleo temporal, yo me echo la siesta más de media hora y ya no sé ni dónde estoy ni en qué año vivo. 

La caminata es una excusa para enseñarles a los pobres mi vestido deluxe con silla incorporada

De repente Claire se mete en un establecimiento lleno de botellitas que atiende una rana.

Oui c'est moi

No pero casi porque el parecido es innegable y además también vende infusiones, que le hace a Claire una para que Jamie pueda dormir.

Los ojos saltones los tengo en el chaleco

Le Meître Frog es realmente el Maestre Raymond, una especie de boticario y charlatán por el que Claire siente automáticamente simpatía (nos ha jodío, si ella era lo mismo en Leoch). Nuestro hombrecillo adivina rápidamente quién es porque ya ha escuchado sus hazañas quemabarcos de boquita del que resulta ser el archienemigo de ambos.

¡Nuestro Melofuà! ¡Pero dedícate a hacer(nos) el amor y no la guerra!

Mientras Claire está en el mundo de los Teleñecos, Jamie se dedica a darle a la espada (no siendo esto que se esté haciendo unas pa**llas sino que está luchando con Murtagh -aunque con las **jillas seguro que recupera bien el uso de la mano-).

¡Petición en change.org para hacer caso al pobre pelo!

El pobre sufre con su mano lisiada pero Murtagh no tiene piedad con él y nosotras lo disfrutamos porque sabemos apreciar la visión de un buen scottish sporty melofó. Venga, vamos a apreciarlo, esta vez en formato sporty melofó en reposo y resudado.

¿Qué tal va eso, chattish?

¿A que ahora que estoy tó guarro os molestan menos mis greñas?

Hasta los rizos te vamos a rechupetear

Pues igual que estamos nosotras con el ojillo pegao están todos por allí, pendientes de los dos locos que se están pasando la ley por los cataplines batiéndose en duelo, algo prohibido. Y precisamente le cataplinè quiere cortarles Murtagh a ellos, que está harto ya de los franceses, de su olor a culo y del negocio del vino.

¡Eso digo yo! ¡Que rule otra botella!

Murtagh, que está para pocas negociaciones y con unas ganas locas de volver a casa (¡y ver a Angus y a Rupert, válgame la Virgen del Sagrado Recopetín!), ve la solución clara: al Bonnie Prince Charles se le manda de viaje al otro mundo y así se evita la rebelión. Pero Jamie, que no sólo posee belleza sino también inteligencia, le dice que si se cargan al príncipe queda su padre, el legítimo rey, que seguro se iba a encabronar e iba a ir de cabeza a la guerra. Ay, Murtagh, si es que el olor a derrière y la falta de gresca te tienen que no conoces. Pero si es pelea lo que quieres... 

¡A mis brazos, padrino!

¡A los nuestros, pelirrojo!

Tras su entrenamiento y nuestra persecución, Jamie llega a casa y se encuentra con una carta de Jared...

Hola, soy Jamie enguarronao y voy a leer esta carta

...en la que le dice que le ha organizado un encuentro con el famoso Bonnie Prince Charles para hablar sobre Escocia y la situación de los clanes. ¡¡Por fin!! ¿Y en qué precioso restaurante de París podrán tratar esta grave situación política?

Hola, soy Jamie desenguarronao y al leer "burdel" el pelo se me ha arreglado solo del susto

Sabíamos del poder mágico de las palabras para transportarte a otros mundos pero aquí lo que hacen es teletransportarte a la peluquería... ¡Corramos un estupido velo y vayámonos de *utas con nuestros escoceses y Charles Stuart, que habla como si tuviera un tofe pegado al paladar! 

Soy el Bonnie Prince y también le doy al drinking

*Por el sporran sagrado, qué cruz, todos los borrachos me caen a mí*

En el putiferio, Jamie intenta llevarse la conversación a su terreno pero Charles está más interesado en la reunión Tuppersex que se celebra allí, todo un detalle por parte de las cortesanas hacia las esposas cornudas.

¡Venga, señores! ¡Cojan una! ¡La última tiene premio!

Pero Jamie no se deja perturbar y consigue hablar un poco con Charles Stuart, al que le molesta que le digan la verdad de Escocia, que los clanes no están preparados para una guerra con los ingleses y que no moverán sus lindos kilts con ganas para sentar a otro rey en el mismo trono. No sabemos si el Bonnie Prince está bolinga o qué (muy sudado sí que está) pero empieza a decir que él es la mano de Dios (¡que ése es Maradona!) y que tiene que haber un rey católico pero que necesitan pasta y, para eso, tienen que conseguir que les ayude el Ministro francés de Finanzas. Y que como él está extraoficialmente en el país no puede ser recibido en la Corte pero que a un chulazo escocés con tierras como Jamie le abren las piernas puertas fijo. Y dicho esto, el Prince se va a ver si echa un casquete o la pota.

Nosotras, el pelirrojo y su pelo mágico post-burdel te damos la razón

Jamie, Murtagh y Claire ven que la cosa va a estar chunga pero, eh, lo que se planea en un putiferio puede ser detenido en El Putiferio, o sea, La Corte francesa, así que ahora tienen que conseguir que les inviten a ir. Para ello, Claire va a pedir ayuda a su nueva bff, Louise de la Tour, marquesa de Rohan y prima segunda por parte de madre de Théoden, que es una chica muy limpia y aseadita.

Limpita pero no veas si suelta la mano

Claire está ahí, observando un mono y cómo Louise se pela y, de paso, tiene el placer de conocer a Mary Hawkins (¿de qué le suena ese nombre...?), una chiquilla que parece medio tolili y medio asustada. Pero claro, a ver quién no iba a estar así ante la perspectiva de casarse con un viudo forrado viejuno (¡y con verrugas!) y, encima, tener que ver a una frescachona depilarse. Pero espera, que aún no lo han visto todo...

A los sudetes les va a dar bien el aire

Ni yo lo habría dicho mejor

El caso es que Claire sale de allí con una invitación para Versailles, una cita con una modista para que le hagan un vestido fetén y alguna cosilla más, porque cuando se mete en la cama con Jamie y le coge la manita para que vaya al Mato Grosso...

¡¡¡PERO QUE LLEVAS EL XIXI PELAO!!!

Hello, soy le potorrau de Claire

Pues eso que el Mato(jo) ya no está Grosso. A Jamie estas modernidades francesas no le gustan pero lo que sí le gusta más es tener una mujer guarronaca atrevida, porque sabe que folletiscos en su vida no le van a faltar. Y oye, ya que tiene la mano en la masa pues...

¡¡Folleteo is coming!!

¡ME CA*O EN TÓ LO QUE SE MENEA!

Joputa nos ha desgraciado a Jamie, NOS LO HA DESGRACIADO (¡así te arda bien el pelo en el infierno en el que te pudres!). La tristeza es lo que duerme esa noche entre los Frasers, nosotras que ya nos veíamos agarrando el abanico para bajarnos los calores de la alegría que nos íbamos a dar.

-Espera, espera, Kim, que yo sí sé poner contento a Jamie.

¿Qué es eso, quién me habla? ¿No serán las voces de mi cabeza otra vez?

-No, tía loca, soy yo, Claire, que te hablo desde la foto de abajo.

¡Tachán! ¿Verdad que le voy a dar una alegría a Jamie?

O una alegría o un infarto porque, chica, se te ve hasta le potorrau desde el escote. Menos mal que Jamie ya sabe que con ella no hace carrera y ni cabrearse bien puede, le dice que tire pa Versailles rapidito y que se tape un poco, que desde el Google Earth se le ve el canalillo y el abanico que se ha echado al bolso no le sirve ni de peineta.

Tampoco tiene tantas tetas, eh

Pero que no sea por abanicos

¡Y allí que nos plantamos! Oh, qué despliegue de poder, qué lujerío de vestidos aplastatetas y pelucones que seguro que no pican. Louise les va diciendo que conoce a todo Penry y Claire ve la oportunidad de preguntar por Duverney, el Ministro de Finanzas. En éstas estamos cuando, de repente..

¿¡¿Pero quién ********** es ésta?!? Pues una tal Annalise de Marranàc de la que Jamie se enamoriscó cuando era joven e impulsivo y vivía en Francia. ¡Pero si hasta se batió en duelo por ella!

Sí, Jamie, te vas a tener que fuck yourself a partir de ahora porque le potorrau despejeè de Claire acaba de cerrar sus puertas para ti (de modo injusto, debemos decir, porque Claire estuvo/está/estará casada y venía ya resabiada al matrimonio con Jamie pero él venía con el sable impoluto y mira la que se monta por un intento de escarceo que tuvo con una pelandrusca jovencita hace siglos). ¡Y encima la pava va y se casa con el otro tío! Más tonta y no nace.

Más fr(p)uta que las gallinas eres

Estamos seguras que Annalise utiliza la muy perraca el verbo "coger" en el más argentino de los sentidos, por mucho que ella diga que lo quiere llevar a que conozca al Rey, que está ahora mismo acicalándose. A estos franceses les falta vender entradas para ver tremenda ceremonia en la que el Rey se viste y, como bonus, se incluye el momento All-Bran de su Majesté, una especie de acontecimiento digno de ver.

Pero parece que mucho All-Bran no tomaba Luis XV, que eso es de pobretones y gente de baja estofa. El señor está más atrancado que si se hubiera comido un kilo de higos chumbos y ahí lo vemos, apretando como si fuera a parir mientras todos miran.

Jamie y Murtagh están alucinando pepinillos con lo que ven, porque en las Highlands eso de aliviarse en público como que no. Que ellos serán muy salvajes, pero hay cosas que mejor en la intimidad: comer (los bajos ajenos) y descomer.

¿Intenta cag*r o convertirse en Hulk?

A pesar de lo surrealista de la situación, Lord Broch Tuarach pide ser presentado al Rey mientras éste intenta obrar. Eso de pedir que te introduzcan a alguien mientras ese alguien están intentando sacar otra cosa de su cuerpo será de lo más normal en la France. Están locos estos franceses... Pero sigamos. Jamie consigue que le presenten porque tiene la clave para el tránsito lento del monarca.

Esto... Pues va a ser que no.

Pues tampoco. La solución es desayunar porridge, es decir, avena. Lo que no le dice al Rey es en qué consiste el auténtico Scottish breakfast de los campeones, IYKWIM.

Reservado únicamente para los que no c*gan en público

Mientras tanto, Claire está inmersa en una fascinante conversación sobre los diferentes nombres que reciben las boas all over the world (espera, que te ayudamos: rabo, nabo, picha, polla, tranca, pija, verga, chola, cola, porra, pito, mango, pilila, minga, cipote, carajo...) y nuestra mosquita muerta Mary Hawkins parece haber ligado con un rubiales.

Vaya suerte tengo, que me pongo a hablar justo con la que menos tetamen enseña

Claire debe ser que no aguanta que ahí vaya a echar un polvete todo el mundo menos ella, que es la que tiene el maromo más buenorro, y sale a que le dé el aire, momento que aprovecha Louise para acercarse al Ministro de Finanzas y decirle que la mujer de rojo que te la cojo le estaba buscando. ¿Y qué va a pensar un hombre en Putiferio si le dicen eso de la señora que lleva un escote que se ve desde la Soyuz? 

Pero claro, no todas las señoras de rojo que parecen pedir guerra tienen un marido highlander que les pilla en el acto del besuqueo pechotil.

Vuelo libre de ministro, nuevo deporte en los Juego Olímpicos

Pero, eh, el ministro tiene buen talante y una mujer de armas tomar que es mejor que no se entere de este bochornoso acontecimiento, así que los Frasers, tan magnánimos ellos, le perdonan (para nada tiene que ver con que tengan que pedirle ayuda, no, no) y Duverney, tan campante. 

De ésta me uno a Van Halen

Es más, encima le pregunta a Jamie que si juega al ajedrez y se citan para echar unas partidillas, que ahora que ya no hay equipos franceses en la Champions League las noches entre semana son le suprême cognaçè. Pero, ay, ¡atención, atención, que viene el Rey!

Mira el Leo, siempre en todos los ajos que quiere estar

No, el que viene es el Rey Caganer, que además no viene solo sino en compañía de una dama que parece un poco guarrilla.

Qué escote más raro lleva...

Pezones de fans de Outlander all over the world

Pues sí, ya veis qué sencilla y discreta iba la mujer. ¡A ver esos modernos del mundo, si tienen hu**os a ir así ahora por la calle! El Rey, mientras, está riéndose un rato de su ministro por su sesión piscinera anterior, pero hay alguien que se atreve a no hacerle ni puto caso, hipnotizado por semejante visión.

*babeo* *babeo* *sonidos extraños* *babeo*

Murtaaaaaagh, míranooooooos

Y el Rey ahí, blablabla, ahora que si se acuerda del porridge cuando mira a Jamie (ahora va a asociar a Jamie con zurullitos, lo que le faltaba). Y mientras, al lado...

Por las barbas que me cuelgan bajo el kilt que en las Highlands esto no se ve

Murtaaaaaaaaaaaaagh, acércateeeeeeeee

Y el Rey mientras, blablabla, que se va pero no deja de echarle unos buenos repasos a Claire y su discreto vestido. Y tras el rey...

Las tetas me llaman, las tetas me llaman...

Murtaaaaaaaaaaaaaagh, ven a nosotraaaaaaaaaaaaas

Jamie le corta el rollo y no le deja ir a tocar blandito porque aquí el único que toca teta es él y encima métele tú mano a la favorita del Rey, que ya verás lo que le pasa a tu scottish cabeza. Pero Murtagh encuentra muy rápidamente otra persona a la que ponerle la mano encima y no precisamente para el disfrute ñiquiñiquil.

Are you talkin' to me?

¡¡¡¡AAAAAAAAARRGGG!!!! Madafakaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

¡El duque de Sandringham! Como recordaréis, los Frasers tienen una vieja amistad con este inglés con peluca, consistente en que él se la quería colar a Jamie por la puerta de atrás y al final lo que hizo fue interdecer para que el que se la colara fuera Joputa. Mientras está Jamie delante todo son sonrisas falsas, de ésas que parece que te has tragado una percha, haciendo negocios y "Jamie perdóname chato, yo te perdono pero como te acerques te achucho a mi gato", lo normal. Ahora, en el momento en el que Jamie y Murtagh se alejan a hablar con su bff el Ministro...

Sandringham no tarde en decirle que hay que ver lo lejos que han llegado y Claire le comenta sutilmente que hay que ver sí, todos los jacobitas reunidos, como los juegos. Claro, que él es inglés, lo que combina mal con ser jacobita, más que nada porque eso es de ser un traidor. Una pena que la conversación, amena como ella sola, la interrumpa el secretario del duque que, fíjate las cosas de la vida, es el rubiales con el que estaba hablando Mary Hawkings. Esperad, que Sandringham será un cabroncete pero es todo educación y nos lo presenta.

 ¿Randall? ¿¿Randall?? No será hermano...

¿¿Es que no hay más familias en Inglaterra??

Pero que no cunda el pánico, que el chico parece majete y lo mismo los genes del demonio van en la sangre de los morenos. El duque no pierde la oportunidad de decirle a Alexander que su hermano y Claire eran muy amiguitos y el chico dice que ya le dará recuerdos cuando lo vea. ¿¿¿CÓMO QUE CUANDO LO VEA??? ¡¡¡¡¡PERO SI ESTÁ MUERTO!!!!

¿¿QUÉ....ME....ESTÁS....CONTANDOOOOOOOOOO??

¡¡¡QUE JOPUTA RANDALL ESTÁ VIVO!!! ¡¡¡¡VIVOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

A partir de ahí ya nada nos afecta, ni los fuegos artificiales, ni la cara de "chúpate ésa" que le pone Sandrigham a Claire ni que se nos vean los tobillos a través del escote. Sólo pensamos en que Joputa sobrevivió al ataque vacuno y nos dan los siete males pensando qué le va a pasar por el cuerpo a nuestro Jamie cuando sepa que la peor de sus pesadillas ha regresado de entre los muertos...

¡Estaremos con las sales preparadas para tan fatal descubrimiento! ¡¡Y con vuestra compañía para pasar el mal trago juntas!!

CONCLUSIONES FINALES

Debemos reconocerlo, queridas: el capítulo ha sido un poco de bajuna con respecto al de la semana pasada. Ya sabéis que nosotras nos ceñimos cual vestido de Claire al episodio como si no hubiéramos leído el libro y visionamos únicamente con mucha ilusión, con lo que nos ahorramos muchos disgustos de los que vemos por ahí. Lo único que pedimos como lectoras de la saga es que se respete la esencia y el esqueleto básicos de la historia y, hasta la fecha, estamos más que satisfechas. Habríamos metido (ay, si de meter se tratara...) y habríamos quitado, claro, como todas, pero preferimos mirar the bright side of life y disfrutar de nuestra adorada serie. Y dicho esto, vamos a destacar unas cosillas.
-¿Dónde está la colecta para hacerle un monumento a Duncan Lacroix? Porque hoy se ha comido el episodio. Con tres sonrisas, cuatro frases y cinco gestos bien colocados Murtagh nos ha terminado de robar el corazón. Las haggards somos muy fans del highlander del eterno ceño fruncido.
-Aún nos hacen los ojos chiribitas ante la preciosidad estética que ha sido este capítulo. La ambientación y, sobre todo, el vestuario han sido sublimes. Que sí, que la diseñadora de vestuario habrá tenido todo a su favor con eso de ser la señora de Ronald D. Moore pero ha hecho un trabajo excepcional, para enmarcar y recordar. Nosotras ya estamos haciéndonos unos vestidos con el mismo escote que el de Claire...
-Parece que en este capítulo ha brillado lo que habitualmente es secundario (tal vez por eso ha bajado un poco el nivel general), porque nos encantaría destacar lo contentas que estamos con el casting que se ha hecho. ¿No os parece que el actor que hace de Alexander Randall podría ser perfectamente hermano de Joputa? Y Mary Hawkins es hasta más panoli de lo que nos la imaginábamos.
-Una queja enorme sí que tenemos. ¡¡No ha salido el Conde Melofuà!! ¿!¿Pero qué invento es esto?!? Je suis encabroneè!!!!! Muy mal, Ron, muy mal. Si tú fichas a Stanley Weber lo pones en todos los capítulos, aunque sea pasando de refilón detrás de Jamie poniéndole los cuernos con la mano. No queremos lanzarte nuestra ira llena de brillantina pero te estamos vigilando, Ron, más te vale que salga en el siguiente...

Ánimo, ánimo, queridas. Hay que mirar lo bueno que nos da la serie y lo que nos queda por vivir/sufrir. ¡Os esperamos la semana que viene con el cardado puesto para ver qué nuevas aventuras nos esperan!

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